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viernes, abril 15, 2011

HIERÁTICO


Hierático
Francisco Javier Pérez
Grupo AJEC
Una de las acepciones de la palabra hierático es, figuradamente, persona cuya expresión no deja adivinar sentimiento alguno, alguien reposado y que no exterioriza sus emociones ni sus intenciones. En este contexto la novela de Pérez, y su protagonista, es todo lo contrario. No hay nada en el texto que nos lleve a no expresar nuestros sentimientos. Pienso que ésta es una de esas novelas que se admira o se odia profundamente, sin ningún término medio. Y en mi caso he de decir que ha sido una grata sorpresa el leer este breve texto, apenas 120 páginas, en el que el autor da rienda suelta a una interesante mezcla de novela negra con toques de Philip K. Dick o de William Burroughs, del que se declara admirador y deudor.
Estamos en el siglo XXI en el que Barcelona está convertida en un lugar complicado para vivir. Los polos se han derretido y el agua inunda la ciudad. La historia narra la búsqueda de un aparato, “el Demótico”, que es capaz de traducir cualquier tipo de lenguaje y hacer algunas cosas más. Esta búsqueda es encargada a un curioso personaje, epítome de lo que es un detective de toda la vida –con alguna peculiaridad notable- llamado Aitor Estebowsky. Este detective privado es un expulsado de una organización, una Super CIA, que es captado de nuevo por su ex – agencia para encontrar el aparato traductor.
Lo que hemos comentado anteriormente dan un perfil de novela negra bastante aceptable. Y así es en un principio, pero al ir entrando en las páginas de la novela vamos tomando conciencia de que hay novela negra, sí, y además ciencia ficción de la que nos gusta, de esa que, de vez en cuando, nos aporta algo ligeramente diferente. En realidad no es que estemos ante un escenario novedoso en su totalidad, pero si que los matices, sobre todo en los comportamientos de los personajes, son un agradable cambio –hacia mejor- a lo que estamos acostumbrados.
Este tipo de narrativa, en parte muy experimental, se suele prodigar muy poco en nuestras tierras – Juan Antonio Fernández Madrigal o Joaquín Revuelta serían dos de los autores que usan recursos similares- y convierten al autor en un “rara avis” dentro del raquítico panorama de la ciencia ficción nacional.
Acercarse a esta novela es un ejercicio de introspección especialmente curioso. Si en la primera parte de la misma la acción trascurre casi linealmente, se produce un punto de inflexión en la segunda parte, donde el texto se vuelve tan caótico como su personaje central. No sabemos exactamente en que momento, o en que escenario, se está moviendo nuestro protagonista. En ese elemento Pérez se mueve con soltura mediante un lenguaje lo suficientemente accesible para entender los diferentes estados por los que trascurre la historia.
La corta extensión de la novela hace que algunas cosas no se expliquen detalladamente. ¿En que momento se fue el mundo al traste? ¿Cómo se ha llegado a esa sociedad tan degradada? Sería interesante conocer un poco más de ese mundo caótico, en la mas pura tradición cyber punk, que se ofrece tan desagradable como atractivo por lo que de feísmo supone. La buena ciencia ficción es la que es capaz de despertar al lector reflexiones acerca de. Hierático, desde mi punto de vista, es de esas obras que se recuerdan y que aportan con su lectura algo más que puro divertimento. No quiero decir con esto que estemos ante una obra maestra, pero si con una mas que buena obra con la que nadie quedará indiferente. Una vez mas habrá que felicitar al editor por “atreverse” a publicar obras que son “difíciles” pero necesarias.

Publicado originalmente en la revista ScifiWorld

viernes, marzo 25, 2011

METRO 2033

METRO 2033

Dmitry Glukhovsky

Timún Mas

ISBN: 78-84-480-3980-6

Páginas: 800

PVP: 19,50 €

La ciencia ficción de autores rusos suele ser bastante escasa en traducciones en España. Cabe recordar algunas recopilaciones como las efectuadas por Bruguera en los años 70 titulada “Lo mejor de la ciencia ficción rusa”, recopilación de Jacques Berger, que recogía relatos del periodo “soviético” de la ciencia ficción. Una ciencia ficción más anclada en lo “hard” y en el empirismo que en otros desarrollos sociológicos o sociales. Es interesante, pues, la publicación de otras propuestas diferentes a las de las corrientes principales de la ciencia ficción -anglosajona- y acercarnos a nuevas maneras, o distintas, de concebir la ciencia ficción.

Dmitry Glukhovsky es un reconocido periodista en su país de origen que se hizo famoso por sus crónicas en el asalto al parlamento ucraniano en 2006. Ha escrito 3 novelas y es guionista de una tira cómica, titulada “Historia de la Madre Patria", en la que se hace una disección de la sociedad rusa actual.

“Metro 2033” tiene una génesis curiosa, muy similar a la de “Guerra Mundial Z”, ya que Glukhovsky publicó en su blog capítulo a capítulo la novela. Comenzó la publicación en 2002 y fue ganando adeptos en internet, llegando a convertirse en un fenómeno mediático en Rusia. Por fin en 2005 se publicó la novela que rápidamente se convirtió en un best seller mundial.

Esta novela se adscribe a un sub-género de la ciencia ficción que se denomina post-catastrofista. Este sub-género trata de “explicar” como sería la vida después de una catástrofe a nivel planetario como consecuencia de una guerra –atómica, biológica-, catástrofe natural o catástrofe proveniente del espacio exterior. Ejemplos se podrían citar muchos y no puedo dejar de nombrar la novela “On the Beach”, traducida en España por “La Hora Final”, de Nevil Shute y algunas propuestas recientes en cine como pueda ser “El libro de Eli” o, un poco más antigua, toda la saga “Mad Max”.

Efectivamente, en 2033, sobreviven en los antiguos túneles del metro de Moscú, una serie de supervivientes de una catástrofe nuclear acaecida dos décadas atrás. En estas catacumbas que conforman la red de metro, se ha construido una civilización distinta, que pude parecer nueva pero que contiene los lastres más sórdidos de la que conocemos. Los ciudadanos de esa extraña, y peligrosa, civilización malviven en una economía de supervivencia, buscando alimentos entre los despojos –ratas gigantes, cerdos “blancos”, hongos que crecen en los túneles- y con frecuentes enfrentamientos y alianzas entre las diferentes “estaciones”, que son el equivalente a los pueblos y ciudades. En cada uno de estos pequeños nichos se dan muchas de las diferentes formas de gobierno que hemos soportado a lo largo de la historia. Parece que el autor se decanta a pensar que esas formas serían preferentemente autoritarias –comunismo o fascismo entre otras-. En este escenario catastrófico el protagonista, Artyom, realiza un viaje a través de la red de túneles para intentar descubrir muchos de los misterios que rodean a esta civilización. En el viaje el lector descubrirá muchas de las claves de lo ocurrido y de lo que puede llegar a ocurrir en ese mundo oscuro y distópico.

Metro 2033 es una interesante novela de aventuras que se desarrolla muy ágilmente y que engancha en la lectura, su estructura de best-seller ayuda indudablemente a ello. Pero a diferencia de otros productos consumistas, Glukhovsky tiene oficio y el producto ofrece un acabado más que satisfactorio. El final sorprenderá, ya que se aleja bastante de lo que se podría esperar del desarrollo de la novela, con un mensaje que deja al lector una sensación agridulce.

El autor recibió por esta obra el premio Encouragement Award de la Sociedad Europea de Ciencia Ficción en la Eurocon 2007, la convención Europea de ciencia ficción, celebrado en la ciudad de Copenhague. El indudable éxito de la novela ha propiciado una segunda parte, Metro 2034, que se ha publicado este mismo año en España. De la novela se ha realizado un videojuego y el autor negocia actualmente la venta de los derechos para su adaptación cinematográfica que podría ser, en manos de un director inteligente, una muy interesante propuesta visual aunque, naturalmente, de una oscuridad patente.

Publicado originalmente en la revista ScifiWorld

sábado, febrero 05, 2011

VIEJO SIGLO XX

VIEJO SIGLO XX

JOE HALDEMAN

Roca Editorial, en su colección Omicron, está realizando una excelente labor editando en España a grandes pesos pesados de la ciencia ficción anglosajona. Por la misma han pasado ya autores de la talla de Lois McMaster Bujold, Geoff Ryman, Paul Park,I Roger MacBride Allen, John Kessel Harry, Turtledove o Connie Willis. Su ediciones están muy cuidadas, aunque se diría que un tanto exageradas en cuanto al precio.

Viejo siglo XX es la última novela editada en España de Joe Haldeman, un autor norteamericano que ya podemos considerar uno de los “clásicos” de la ciencia ficción. Su obras han sido reconocidas tanto por el público como por la crítica destacándose entre su producción la espectacular novela de space opera “La guerra interminable” (1975), que fue galardonada con los premios Nebula y Hugo en 1975 y 1976 respectivamente. Otras obras destacadas son “Recuerdo todos mis pecados” (1977), “Trilogía de los Mundos” (1981), “Compradores de tiempo” (1989), “El engaño Hemingway” (1990), “La paz interminable” (1997) o Camuflaje (2004).

“Viejo siglo XX” está escrita en 2005 y es un compendio de los grandes temas que Haldeman ha ido desarrollando en sus otras novelas. En ésta están presentes tres de los temas fundamentales en su obra: la inmortalidad, la nanotecnología y la realidad virtual, íntimamente relacionada con la inteligencia artificial. Mientras que en otras novelas los temas se independizan, aquí se aúnan en un ”totum“ que no termina de cuajar totalmente.

La historia narra la nueva situación de la humanidad cuando se descubre, a mediados del siglo XXI, la posibilidad de conseguir la inmortalidad. Después de una guerra civil global entre inmortales y mortales, la humanidad queda reducida a un décimo de su población. En el presente los inmortales se plantean el viaje a otros planetas. Una expedición parte de la Tierra hacia Beta Hydri, un recién descubierto planeta que puede albergar vida humana. Hacia ese destino parten cuatro naves, y es en ese viaje donde comenzarán a ocurrir sucesos no deseados.

La novela se construye como una space opera clásica. Estamos ante un escenario grandioso en el que la humanidad parte hacia la conquista del universo, aunque en este caso no existen enemigos a los que batir. El viaje, pese a ser un viaje de exploración clásico, tiene algunas premisas interesantes y, lo que es mas oportuno, diferentes. Los lectores de ciencia ficción estarán acostrumbrados a vivir una aventura de exploración en la que la verdadera historia se desarrolla en el interior de la nave exploradora. Los peligros, las aventuras, las reacciones de la tripulación y el drama humano que en ellas se producen, son temas que han sido tratados en multiples ocasiones. “La nave” de Tomas Salvador, “La cárcel de acero” de Domingo Santos o “La nave estelar” de Brian W. Aldiss son ejemplos de viajasen lo que se denominan “naves generacionales”. Otros viajes se producen de manera mas “rápida” recurriendo a las estructuras parafísicas como el Hiper Espacio o similares. Ejemplos clásicos de este tipo de viajes son los de las naves Enterprise de Star Trek o las naves de Star Wars, aunque también Asimov emplearía este recurso en su serie de las Fundaciones.

El viaje que plantea Haldeman es el clásico de una nave que navega a velocidades relativistas. La diferencia entre otras naves consiste en la tripulación que las maneja. El hecho de ser todos inmortales les permite comenzar y terminar el viaje debido a su propia longevidad. Este factor, que es uno de los motores de la novela, se verá comprometido con una serie de muertes inesperadas que parecen estar relacionados con los viajes de realidad virtual, afición, casi dependencia, que poseen los inmortales. Esta realidad virtual es una inmersión total en escenarios, generalmente del siglo XX, en los que los viajeros viven sus aventuras; el sistema es muy similar al que se emplea en la magnífica película de Josef Rusnak “Nivel 13”. Este sistema provocará algunos fallecimientos sin explicación, que provocarán la investigación “policial” por parte de los técnicos del sistema.

Hay otras interesantes especulaciones que Haldeman expone en su relato. Indudablemente el comienzo es espectacular, aportando en breves pinceladas un cúmulo de información que podría haber bastado para otra novela en sí. La terrible guerra civil por la posesión del PBC (Proceso Becker-Cendrek para la inmortalidad) se describe en dos escasas páginas, pero en ella sentimos todo el horror que supone la rebelión del mundo pobre contra el rico. En este caso no es el petróleo o las materias primas, sino el propio procedimiento de inmortalidad al alcance sólo de los mas ricos. La lucha de clases una vez más, en la que los “ricos” vencerán aniquilando al resto de la humanidad con una toxina mortal. Curiosamente este genocidio, desde luego efectuado en legítima defensa, no preocupa a ninguno de los inmortales que no tienen remordimientos.

Después de este comienzo espectacular, la novela decae un tanto, si bien mantiene un interés moderado en el lector. El final, sin embargo, eleva la tónica y, si bien no llega a alcanzar las cotas del comienzo, si se muestra como un epílogo consistente e interesante. “Viejo siglo XX” es una novela con excelentes planteamientos pero, tal vez, no lo suficientemente bien desarrollados. Pese a todo resulta una lectura agradable e interesante.

Publicado originalmente en la revista ScifiWorld

martes, enero 25, 2011

LAS PUERTAS DE LO POSIBLE


LAS PUERTAS DE LO POSIBLE

Jose María Merino

Nº de páginas 224

PVP: 15 €

ISBN: 978-84-8393-012-0

Este mes traemos a estas líneas una novedad muy reciente en el mercado español. Se trata de la última obra publicada de José María Merino: “Las Puertas de lo posible”. El lector español reconoce en Merino a uno de sus más interesantes escritores contemporáneos. Sin embargo, muchos de ellos desconocerán la pasión del autor por los temas fantásticos y de ciencia ficción, que están presentes en mucho de sus relatos.

El volumen consta de diecisiete relatos y lleva por subtitulo “Cuentos de pasado mañana”, subtitulo mas que justificado ya que el particular universo donde están situados los relatos es un inconcreto futuro situado tal vez a 100, 200 o quizás 300 años. El dataje exacto es lo que menos le importa al autor, y al lector, pues los cuentos son atemporales en su mayoría, si bien el entorno de ciencia ficción se observa imprescindible en el tratamiento de muchos de ellos.

El decorado común a todos los relatos es oscuro, o al menos gris. Merino no muestra en ningún momento optimismo acerca de la futura evolución positiva de la humanidad. Apenas hay comida, el estado se muestra mas que intervencionista, casi hablamos de un estado totalitario. El medio ambiente se ha degradado tanto que ya no hay solución posible y el posible futuro pasa por la conquista de otros planetas.

En la antología se apuesta por la descripción de sentimientos y actitudes que por las tecnologías de ese futuro incierto, aunque se desgranan algunas curiosidades como las aeromotos, la omnipresente pantalla visora, homenaje no tanto a “1984” como a “Farenheit 451”. En ese universo, que es el nuestro magnificado, la cultura se difunde casi exclusivamente por medio de la televisión, la telepared, por lo que los libros son desconocidos salvo para los estudiosos en las universidades. Uno de los mas cuentos mas significados, “El viaje inexplicable”, narra precisamente las sensaciones producidas por el redescubrimiento de la literatura a través del descubrimiento de un libro en Marte. En este cuento se concentra el pensamiento de Merino sobre la literatura en una descripción tan concreta como hermosa. El lector en ese futuro descubre como, leyendo la Iliada, es capaz de trasportarse a un mundo maravillosos lleno de guerreros y espadas, sin necesidad de entrar en realidades virtuales. Es “Una experiencia misteriosa, un viaje de verdad inexplicable”.

Publicado originalmente en la revista ScifiWorld

jueves, noviembre 25, 2010

EL CEBO


EL CEBO

JOSE CARLOS SOMOZA

Ed. Plaza & Janés. Barcelona, 2010.

488 págs.,

PVP 23,90 €

Los diferentes premios que ha recibido José Carlos Somoza son prueba de que gusta mucho a los jurados de estos premios. Pero Somoza gusta también a los críticos y, mucho mas interesante, también a los críticos especializados en ciencia ficción que lo consideran uno de los mejores autores actuales. No es que esté especializado particularmente en el género, pero si está claro que lo conoce profundamente y que no duda de usar recursos prospectivos para dar forma a sus variadas novelas.

La inteligente Clara y la penumbra fue su primer contacto con el género. Allí experimentaba con la idea del arte “hiperrealista”, consistente en usar seres humanos, mediante entrenamiento, para ser objetos de arte. Con esta premisa de fondo, la historia se convierte en una excelente novela de género negro que no sería tal sin el elemento de ciencia ficción que lo une.

El cebo también basa su trama en la invención, muy original por otra parte, del arte del “psinoma”. La policía mundial ya no es capaz de usar la tecnología para detener a asesinos y psicópatas. Éstos se adaptan tan rápido a las nuevas “armas” avanzadas que las fuerzas de seguridad han desarrollado una técnica, a medio camino entre la psicología y el teatro, que permite capturar al delincuente utilizando sus “filias”. Los “cebos” de la policía son capaces de crear “mascaras” que impulsan al criminal a capturar o a intentar poseer a ese cebo. El resultado es su captura. Diana Blanco es la mejor de los cebos policiales españoles y deberá enfrentarse al reto de captura a un psicópata llamado “El espectador”. Es el mas sanguinario de los asesinos en serie puesto que se recrea en el asesinato manteniendo a sus victimas vivas durante mucho tiempo mientras las tortura.

Esa es la premisa que nos presenta Somoza, que ambienta la acción en un futuro cercano en el que, por ejemplo, en Madrid se ha producido un atentado terrorista que ah provocado veinte mil muertos al detonar una artefacto nuclear. Poco sabemos de ese mundo futuro, pero es mas o menos el actual. No se dedica nuestro autor a mostrarnos maravillosos gadgets de ciencia ficción, pero si que se dedica a fijar esa técnica de “cebo” y los caracteres de sus personajes, significativamente los de los secundarios.

Como en muchas de las obras del autor, la protagonista principal es una mujer de muy fuerte carácter. Es Diana la que lleva la investigación por sus propios motivos, que resultan paralelos a los de la policía. Diana es un personaje de psicología complicada. Ha sufrido grandes presiones de pequeña y “casi” ha sido impelida a ser un cebo. Sus reacciones ante las terribles situaciones a las que se ve sometida son las de una supermujer. Bien es cierto que sus habilidades “psionómicas” le dan un barniz de casi “superheroína” pero se enfrenta a un, o unos, villanos que van mas allá de lo normal y a ellos hay que vencerlos por medios no convencionales. El lector asistirá con horror a ver como uno de los personajes está mas allá de la moral común. Es un terror que penetra dentro de la piel y que no recuerdo haberlo sentido, acerca de un personaje, desde la lectura de “El Niño de los coroneles” de Fernando Marías. A propósito de Diana Blanco afirma el autor:

”Todos mis personajes me han hablado alguna vez y he tratado de conocerlos en profundidad, pero Diana Blanco ha sido a quien más he querido conoce, […] Diana es una persona enormemente sincera, pero en el que todo su mundo es un teatro”.

El cebo es una novela que es puro teatro. Es teatro porque las técnicas de “filiación” son, en esencia, actuaciones teatrales llevadas a un extremo insospechado. Los actores, cuando interpretan, intentan fidelizar al espectador y hacer que éste note sensaciones. Si los actores son los suficientemente buenos los espectadores empatizan con el personaje y pueden llegar tener sentimientos acerca de las situaciones o vivencias de los personajes. Esa técnica de actuación es llevada a su máxima expresión mediante técnicas psicológicas y psiquiátricas que permiten convertir en un absoluto “fiel” del cebo al que las sufre. Teatro y psiquiatría comparten esa nueva tecnología que Somoza recrea de una manera muy creíble. Probablemente sus estudios de psiquiatría y su “filia” por William Shakespeare –su primera obra de teatro se tituló precisamente William- le han facilitado mucho la elaboración de la novela. Porque la técnica ya nombrada usa unas “mascaras” –iconos de filias- que se encuentran en las obras de Shakespeare. El lector, o tal vez el espectador, repasará las principales obras del inglés, mediante las oportunas explicaciones referidas a cada una de las filias. Unas recreaciones, y explicaciones, muy precisas y que dan una idea muy fiel a lo que nos quiere contar acerca de la su técnica inventada.

El cebo, la última novela de José Carlos Somoza, merece una lectura detenida para poder apreciar su complejidad. Es una de las mejores novelas de Somoza, sin duda, y ha de gustar por igual al lector de género o al lector mas “generalista”.

(c) Alfonso Merelo 2010

martes, octubre 05, 2010

LAS SENDAS PÚRPURAS

LAS SENDAS PÚRPURAS

ANGEL TORRES QUESADA

Editorial GRUPO AJEC

Pvp 16,50 €

Nº de páginas 294

Isbn: 978-84-96013-82-7

Ángel Torres es uno de los autores españoles en activo que mas ha aportado al género, siquiera por sus innumerables títulos en las colecciones denominadas de “a duro” que tanto dieron juego desde los años 50 hasta bien entrados los 80. Suya es la serie “El Orden Estelar”, reeditada hace unos años por la editorial Robel, y la famosa “Trilogía de las Islas” – Las Islas del Infierno, Las islas del Paraiso y las Islas de la Guerra- en las que Torres desplegaba una imaginación desbordante.

Ahora se presenta su última novela publicada con el título de “Las sendas púrpuras”. Esta novela tiene una trayectoria muy larga pues fue presentada, y quedó finalista, del Premio Minotauro en el año 2006. Esa edición la ganó Javier Negrete con su novela “Señores del Olimpo” y que tendría también como finalista a Rafael Marín con “Juglar” –obsérvese los pesos pesados de la literatura fantástica que confluyeron ese año en el premio-. Ésta novela era una de las pocas que se inscribían en el género de ciencia ficción, pues Ángel Torres es realmente un autor de género de los que quedan pocos. Prácticamente nunca ha escrito nada que estuviera fuera de la ciencia ficción. Sus incursiones con la fantasía o el terror son anecdóticas, si bien muchas de sus novelas si tienen mucho de novela histórica pues la historia, y la de Egipto en particular, es una de sus otras pasiones.

Esta novela desarrolla un universo en el que “las sendas púrpuras”, un sistema de trasporte casi instantáneo a través de los mundos, son el eje de la acción. “El Purpurado”, una oligarquía comercial, es la que domina el denominado “Ámbito”. Giselle, la protagonista, es rescatada de un mundo aislado por su padre y enviada a otro planeta donde trascurre su vida muy agradablemente. La desaparición de su padre después de diez años la lleva a comenzar una investigación sobre las andanzas de éste último y su implicación en una posible rebelión contra el Purpurado.

Nos encontramos ante un escenario de Space Opera, Ángel Torres es un maestro en este tipo de ciencia ficción. La aventura bien dosificada es una de las características del autor, y en este caso no defrauda ya que el lector encontrará una gran dosis de emoción y situaciones límite. A destacar entre todos los personajes del de Hésperis, una inteligencia artificial con la impronta de un filósofo fallecido 1000 años atrás, que será el mentor – el Merlín o Pepito Grillo- de Giselle.

El libro derivará en una suerte de novela negra cuando comprobemos las conspiraciones y maquinaciones que el Purpurado, y sus enemigos, desarrollan en un juego de ajedrez que implica a muchos mundos.

Ángel Torres casi nunca defrauda a sus seguidores, y en este caso también consigue atraer el interés por una historia cargada de emoción, intriga y aventura.

sábado, septiembre 25, 2010

LA TORRE DE CRISTAL

LA TORRE DE CRISTAL
ROBERT SILVERBERG
LA FACTORIA DE IDEAS

La editorial Factoría de Ideas sigue con la política de recuperar grades clásicos en su colección de ciencia ficción. En este caso se trata de volver a disfrutar con uno de los autores norteamericanos mas clásicos que desarrolló sus obras entre los años 50 a 90; Robert Silverberg. Para los lectores que no conozcan a este autor, habría que comentar que sus obras entran de lleno en un tipo de ciencia ficción de grandes hazañas, de grandes escenarios y temas que algunos clasificarían de “megalomanía”. Algunas de las novelas de Silverberg están entre las mas recordadas por los aficionados, trasformadas con el paso del tiempo en clásicos imprescindibles del género. Como muestra sólo reseñar unas pocas de su producción como son “Muero por dentro”, la telepatía y sus implicaciones, “El hombre en el laberinto”, primer contacto con otras civilizaciones”, “El hombre estocástico”, las implicaciones de la predestinación y uno de mis libros preferidos de este autor, o “Roma eterna”, una ucronía sobre el Imperio Romano”.

“La torre de cristal” fue publicada en 1970 y en España pudimos disfrutar de una edición en 1990. Ahora, 40 años después de su publicación, pueden de nuevo los aficionados disfrutar de una novela que no ha perdido ni un ápice de su frescura temática y de su interesante argumento y desarrollo.

Simeón Krug es “El Científico” humano del siglo 24. La humanidad es homogénea, han evolucionado hacia una única raza, mixtura de todas las habidas. Se ha recibido una señal inteligente precedente de una estrella lejana , NGC 7293, y, a fin de devolver la comunicación, se construye una torre en la tundra canadiense que pueda devolver al señal a las inteligencias extraterrestres. Para ello Krug ha diseñado, y construido, toda una nueva especie androide que pueda se convierte en la mano de obra de la humanidad. Estos androides se dividen en tres castas, los alfas, los betas y los gammas, dependiendo de sus características intelectuales. Uno de los androides fundamentales en la historia es “Thor Watchman”, mano derecha de Krug en el proyecto de la torre de comunciaciones. Thor es el protagonista absoluto de la novela, dejando al millonario inventor en un segundo plano. Es a través de las vivencias de los androides, de Thor, como los lectores toman contacto con la civilización futura y, sobre todo, con los problemas que los androides encuentran en su imbricacion con la sociedad futura.

Silverberg traslada al lector algunos de los temas que ya exploró en anteriores obras y que volvió a retomar en otras futuras. Aquí, vemos como el autor elabora una reflexión sobre lo que significa ser humano y, sobre todo, tener conciencia de serlo. Esta premisa no es nueva y ya anteriormente otros autores han usado este tema en sus obras: Asimov, y sus robots positrónicos, es uno de los ejemplos clásicos y aquí en España Domingo Santos escribió uno de los clásicos españoles titulado “Gabriel”. En “La torre de cristal” también se profundiza en lo que es y significa el culto religioso. Desde el punto de vista del autor, éste queda bastante mal parado al asociar ese culto a un fanatismo exacerbado y mal dirigido. Es aquí donde puede ponerse algún reparo a la novela y es que resulta demasiado forzado la respuesta de los “creyentes” respecto de su religión. Dada las características de estos creyentes, parecería irracional un sometimiento tan extenso a una religión demasiado artificial. Pero, si reflexionamos, no parece diferir en exceso de algunos comportamientos que vemos a diario en nuestra sociedad.

Otra de las, buenas, características de este libro es su escasa extensión. La sencillez y el ir directo a la acción y a la explicación, confiere a las páginas una solidez de lectura y una concreción que difícilmente se observa en autores actuales, más dados a rellenar con innumerable parrafadas lo que puede ser resumido en una página. Pero que el elector no se engañe, la concreción no significa carencia de ideas, de motivaciones y de explicaciones. Todo está perfectamente encajado y unido. El dibujo de los personajes queda perfectamente matizado y sus motivaciones también.

“La torre de cristal” es ciencia ficción que no deja indiferente. La especulación científica y social siempre ha sido objeto de disección por los autores del género, y en este caso encontrarán una interesante reflexión sociológica y social que hará pensar al lector sobre los grandes temas filosóficos: ¿qué es el hombre y por qué, o para qué, estamos donde estamos? No se lo pierdan.

miércoles, septiembre 15, 2010

FERAL

FERAL

David Jasso

Equipo Sirius/Tranversal

¿Qué harían ustedes si les atacara un regimiento de “Aliens”, y me refiero a los “bichos de las películas, con toda la tecnología de los “Predators”? Aparte de morirse de miedo, la respuesta es sencilla: rezar y esperar una muerte piadosamente rápida.

Feral es la nueva novela que David Jasso ha presentado en el mercado español. Una novela que pertenece al difuso mundo de lo que denominé hace unos años ya, allá por 2003 y en desafortunada palabreja, “ficciterror”, que no es mas que el subconjunto de relatos, literarios o fílmicos, que pertenecen tanto al terror como a la ciencia ficción. En el caso que nos ocupa, su integración en este subgénero es total aunque, y desde mi óptica, se incline la balanza hacia la ciencia ficción mas “canónica”, que no es mas que una versión del tema de las invasiones extraterrestres y los enfrentamientos entre dos culturas tecnológicas, y sociales, antagónicas.

Si he hecho referencia a que no es una sorpresa el tema central de la novela, si que supone un aliento mas que fresco el desarrollo de la misma. Dos características remarcables son las que destacaría entre todas las cualidades de la novela: la atmósfera creada y la caracterización de algunos personajes, destacando sobre todo la de uno de ellos, muy extraño por otra parte, que es fundamental para el desarrollo de la acción.

Nos encontramos en una explotación minera en otro sistema solar. La humanidad ha conquistado el espacio y se extrae recursos de diferentes mundos. La “mina” pertenece a la Corporación “Minerspace” donde habitan familias enteras que dedican su vida al trabajo de minería y que, en muchos casos, sólo han conocido la colonia y nunca han visitado La Tierra. Marea es una joven que dedica su vida al “neuroestudio”, a ver “sensoculebrones” y a iniciar experiencias eróticas con algún otro chico de su edad. La llegada de un mensaje de origen extraterrestre, que anuncia un terrorífico suceso para la colonia, verá su vida, y la de todos, modificada totalmente.

Por una parte encontramos una raza violenta cuyo empeño en la vida es aniquilar cualquier vida. Los ferales (significa feroces, letales y crueles o sanguinarios) son seres, horribles por supuesto, que simplemente llegan para matar a todos los humanos. Jasso ha creado una estirpe que supera a la de los “predators” pues su fin no es la caza sino la aniquilación, aunque les “pone” el perseguir a sus víctimas y consideran un honor que éstas se resistan. Por eso escribía al principio de esta crítica que estos personajes gozan de las características del “Alien” fílmico con la inteligencia y tecnología de los otros referentes cinematográficos antes mencionados. Uno de los ferales, que desencadenará hechos no controlables por él, es un personaje extraordinariamente caracterizado. Es un “rebelde”, un desviado que se regocija con otras actividades diferentes a las de sus “hermanos” de muerte. Es muy importante destacar que esta característica de “desviación” no lo es nada más que para uno de los bandos en conflicto, porque desde el punto de vista de los humanos es todo lo contrario. El autor nos ofrece a bocajarro una paradoja cultural muy a tener en cuenta pues lo que para unos es virtud para otros puede ser, y es, vicio.

Durante toda la lectura de la novela he tenido constantemente la visión de la mina tal y como era presentada visualmente por Peter Hyams en su más que destacable película “Atmósfera cero”. Jasso ha sabido situarnos en un escenario cerrado, excelente para la acción que desarrolla, en el que la escapatoria es imposible. El entorno creado es realista e incluso la raza feral está descrita de una manera muy coherente. Sus principios son tan diferentes que la comunicación es imposible, salvo en el caso del “desviado” que comparte cierta “empatía” con los humanos, pero sólo en el sentido de sublimar su “placer por lo prohibido”.

La nueva novela de David Jasso es pura adrenalina, aventura, acción y terror en una hábil combinación con características cinematográficas más que reseñables. ¿Quién se atreve a rodar este excelente libro?