sábado, febrero 05, 2011

VIEJO SIGLO XX

VIEJO SIGLO XX

JOE HALDEMAN

Roca Editorial, en su colección Omicron, está realizando una excelente labor editando en España a grandes pesos pesados de la ciencia ficción anglosajona. Por la misma han pasado ya autores de la talla de Lois McMaster Bujold, Geoff Ryman, Paul Park,I Roger MacBride Allen, John Kessel Harry, Turtledove o Connie Willis. Su ediciones están muy cuidadas, aunque se diría que un tanto exageradas en cuanto al precio.

Viejo siglo XX es la última novela editada en España de Joe Haldeman, un autor norteamericano que ya podemos considerar uno de los “clásicos” de la ciencia ficción. Su obras han sido reconocidas tanto por el público como por la crítica destacándose entre su producción la espectacular novela de space opera “La guerra interminable” (1975), que fue galardonada con los premios Nebula y Hugo en 1975 y 1976 respectivamente. Otras obras destacadas son “Recuerdo todos mis pecados” (1977), “Trilogía de los Mundos” (1981), “Compradores de tiempo” (1989), “El engaño Hemingway” (1990), “La paz interminable” (1997) o Camuflaje (2004).

“Viejo siglo XX” está escrita en 2005 y es un compendio de los grandes temas que Haldeman ha ido desarrollando en sus otras novelas. En ésta están presentes tres de los temas fundamentales en su obra: la inmortalidad, la nanotecnología y la realidad virtual, íntimamente relacionada con la inteligencia artificial. Mientras que en otras novelas los temas se independizan, aquí se aúnan en un ”totum“ que no termina de cuajar totalmente.

La historia narra la nueva situación de la humanidad cuando se descubre, a mediados del siglo XXI, la posibilidad de conseguir la inmortalidad. Después de una guerra civil global entre inmortales y mortales, la humanidad queda reducida a un décimo de su población. En el presente los inmortales se plantean el viaje a otros planetas. Una expedición parte de la Tierra hacia Beta Hydri, un recién descubierto planeta que puede albergar vida humana. Hacia ese destino parten cuatro naves, y es en ese viaje donde comenzarán a ocurrir sucesos no deseados.

La novela se construye como una space opera clásica. Estamos ante un escenario grandioso en el que la humanidad parte hacia la conquista del universo, aunque en este caso no existen enemigos a los que batir. El viaje, pese a ser un viaje de exploración clásico, tiene algunas premisas interesantes y, lo que es mas oportuno, diferentes. Los lectores de ciencia ficción estarán acostrumbrados a vivir una aventura de exploración en la que la verdadera historia se desarrolla en el interior de la nave exploradora. Los peligros, las aventuras, las reacciones de la tripulación y el drama humano que en ellas se producen, son temas que han sido tratados en multiples ocasiones. “La nave” de Tomas Salvador, “La cárcel de acero” de Domingo Santos o “La nave estelar” de Brian W. Aldiss son ejemplos de viajasen lo que se denominan “naves generacionales”. Otros viajes se producen de manera mas “rápida” recurriendo a las estructuras parafísicas como el Hiper Espacio o similares. Ejemplos clásicos de este tipo de viajes son los de las naves Enterprise de Star Trek o las naves de Star Wars, aunque también Asimov emplearía este recurso en su serie de las Fundaciones.

El viaje que plantea Haldeman es el clásico de una nave que navega a velocidades relativistas. La diferencia entre otras naves consiste en la tripulación que las maneja. El hecho de ser todos inmortales les permite comenzar y terminar el viaje debido a su propia longevidad. Este factor, que es uno de los motores de la novela, se verá comprometido con una serie de muertes inesperadas que parecen estar relacionados con los viajes de realidad virtual, afición, casi dependencia, que poseen los inmortales. Esta realidad virtual es una inmersión total en escenarios, generalmente del siglo XX, en los que los viajeros viven sus aventuras; el sistema es muy similar al que se emplea en la magnífica película de Josef Rusnak “Nivel 13”. Este sistema provocará algunos fallecimientos sin explicación, que provocarán la investigación “policial” por parte de los técnicos del sistema.

Hay otras interesantes especulaciones que Haldeman expone en su relato. Indudablemente el comienzo es espectacular, aportando en breves pinceladas un cúmulo de información que podría haber bastado para otra novela en sí. La terrible guerra civil por la posesión del PBC (Proceso Becker-Cendrek para la inmortalidad) se describe en dos escasas páginas, pero en ella sentimos todo el horror que supone la rebelión del mundo pobre contra el rico. En este caso no es el petróleo o las materias primas, sino el propio procedimiento de inmortalidad al alcance sólo de los mas ricos. La lucha de clases una vez más, en la que los “ricos” vencerán aniquilando al resto de la humanidad con una toxina mortal. Curiosamente este genocidio, desde luego efectuado en legítima defensa, no preocupa a ninguno de los inmortales que no tienen remordimientos.

Después de este comienzo espectacular, la novela decae un tanto, si bien mantiene un interés moderado en el lector. El final, sin embargo, eleva la tónica y, si bien no llega a alcanzar las cotas del comienzo, si se muestra como un epílogo consistente e interesante. “Viejo siglo XX” es una novela con excelentes planteamientos pero, tal vez, no lo suficientemente bien desarrollados. Pese a todo resulta una lectura agradable e interesante.

Publicado originalmente en la revista ScifiWorld

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