miércoles, agosto 25, 2010

FLASHFORWARD


FLASHFORWARD
ROBERT J. SAWYER.
LA FACTORIA DE IDEAS

El reciente estreno de la serie de televisión Flashforward ha puesto en valor de nuevo una novela escrita en 1999 y editada por primera vez en España bajo el título de “Recuerdos del futuro”. Traemos a esta columna una obra que, pese a que tiene algunos años, es ya un pequeño clásico de la ciencia ficción. Sawyer reelaboró ya amplió un cuento titulado “UNIVERSO MONOLÍTICO” con el que concurrió, y resultó ganador, al Premio UPC en el año 1998. La idea de partida es muy sugerente y atractiva: durante casi dos minutos todos los seres humanos quedan inconscientes y viven su propio futuro situado veintiún años mas allá de 2009 que es el momento en el que se desarrolla la acción. Pronto se descubre que el experimento de búsqueda del boson de Higgs en el LHC (Large Hadron Collidge o Gran Colisionador de Hadrones) que el CERN pone en marcha, es la aparente causa de este “destello del futuro”. Hasta ahí la historia básica, aunque hay mucho mas.

La novela basa su trama en dos premisas diferentes: cómo ha afectado esas visiones del futuro a las personas, concretadas en media docena de personajes, e intentar conocer los mecanismos por los que se ha producido el fenómeno.

Sawyer recoge los miedos “metafísicos” de los personajes al observar el devenir. ¿Es posible modificar lo que se ha vivido con anticipación, o es inmutable y ocurrirá porque ya ha ocurrido? ¿El tiempo es lineal o tiene bucles, vueltas, atajos, matices? ¿Existe el libre albedrío o sólo somos títeres movidos por un titiritero ciego, sordo y mudo? Esa duda es la que desarrollan todos los personajes. Para unos el viaje al futuro ha sido una revelación, para otros una pesada losa que les hace renegar de lo que han descubierto y que nunca quisieron ver. Pero también está el sentimiento de culpabilidad de los científicos del CERN, Lloyd Simcoe y Theo Procopides diseñadores del experimento de búsqueda del bosón. El fallido experimento ha provocado la muerte de millones de personas y, aunque el resultado era imprevisible, de algún modo han de pagar por su “crimen”. Simcoe tiene fuertes remordimientos por el resultado, pero Procopides inicia una búsqueda personal pues él no ha tenido visión de futuro, por lo que es probable que en ese futuro esté muerto.


Las explicaciones, que las hay, se basan en algunas de las teorías más avanzadas, o metafísicas, de la física cuántica. Los estados cuánticos son caóticos, pueden ser o no ser simultáneamente, hasta que se observan, es por tanto la consciencia la que imprime estabilidad a la realidad.

La novela plantea varias incógnitas muy interesantes siempre basadas en las posibilidades de que todo el universo sea una inmenso caos de probabilidad en el que los seres humanos, la consciencia, se al aque determine los niveles de realidad. Estamos ante un tecno trhiller con connotaciones de ciencia ficción hard que puede gustar al lector no especializado en el género.

domingo, agosto 15, 2010

CRONOPAISAJE


CRONOPAISAJE

Gregory Benford

La reedición de este clásico moderno de la ciencia ficción es una buena noticia para los aficionados al género. Con una traducción de Domingo Santos, se debe haber usado la misma que se utilizara en la edición de Ultramar de 1985 y en las posteriores de ediciones B, La Factoría de Ideas ha presentado hace un par de meses está nueva edición que escribiera Gregory Benford en 1980. Con 30 años a cuestas, la novela mantiene una buena tónica sin que el paso del tiempo haya echo exceso de mella en la misma.

La acción trascurre en 1998 en el que La Tierra está sometida a una degradación de la ecología sin precedentes. La carestía de los elementos más habituales es una norma y los diferentes gobiernos imponen duras restricciones intentando mejorar las condiciones del entorno. John Renfrew, físico de laboratorio, intenta advertir a sus colegas del pasado mediante mensajes enviados mediante “taquiones”. Surge así el segundo escenario que plantea Benford: en 1962 otro físico, Gordon Bernstein, detecta estas emisiones y trata de convencer a toda la comunidad científica de que proceden del futuro y les están advirtiendo de un desastre.

Benford es profesor universitario, físico para más señas, y posee una gran capacidad de comunicación, al menos en esta novela. Para los mas legos en la física de partículas, como es mi caso, las explicaciones sobre lo que son los “taquiones”, partículas hipotéticas que sería capaces de viajar mas rápido que la luz, o la interpretación del tiempo como un continuo que existe siempre –con las implicaciones sobre la “predestinación” que eso conlleva-, se hacen sumamente comprensibles y asequibles. Por otra parte, el autor se recrea en presentarnos la vida universitaria, y más concretamente los problemas y rencillas que se producen de continuo en los grupos de investigación y entre los investigadores de cierto nivel. En este aspecto se muestra bastante próximo a la realidad y confirma que en todos los lugares del mundo, hablamos de Cambrigde por un lado y de la Universidad de “La Jolla” en San Diego por la otra, se producen situaciones muy parecidas y enfrentamientos entre administradores e investigadores y entre éstos últimos por “la gloria” o el “poder”.

Pero si la parte puramente de ciencia ficción hard constituye una parte importante del corpus de la obra, no lo es menos la interesante caracterización de los personajes. Nos encontramos con dos científicos sumidos en problemas similares. En el futuro, Renfrew tiene que enfrentarse a los administradores de los proyectos científicos para conseguir fondos que le den garantías de continuar un experimento que es, al menos, muy discutible en sus efectos. En el pasado, Bernstein tiene que convencer a sus colegas, y a los gobiernos, de que los avisos son ciertos y que si no se toman medidas inmediatas las consecuencias serán terribles. De los dos personajes principales, Bernstein es el más interesante sobre todo en sus relaciones familiares, con su madre y con su pareja en concreto.

No es una novela de aventuras, ni space ópera, ni de grandes héroes carismáticos. Son pequeños, relativamente, hombres y mujeres las que forjan, la mayoría de las veces, el destino. Benford así nos lo muestra.

Cronopaisaje es uno de esos clásicos modernos que los aficionados han de conocer. La reedición actual es una buena manera de hacerlo.

jueves, agosto 05, 2010

FIN


FIN

DAVID MONTEAGUDO

Había oído hablar de este libro por los “mentideros” de Internet y todas las informaciones lo calificaban como muy interesante tanto por su contenido literario como por su argumento.

Al abrir la primera página, lo primero que se podemos notar en la novela es su habilidad para “enganchar” al lector. Escrita de manera fluida las páginas trascurren de una forma fácil para su lectura.

Nos encontramos con un argumento coral y que, en un principio, no parece novedoso: unos viejos amigos se reúnen en una casa rural para rememorar viejos tiempos en los que compartían pandilla. Muchos de ellos acuden con sus parejas, lo que incrementa el número de personajes e introduce elementos ajenos al grupo originando mayor diversidad y puntos de vista diferentes en los que desarrollar la trama. “Los amigos de Peter” o “Se lo que hicisteis el último verano” son referentes lejanos a este argumento, y quizás mas cercano el segundo que el primero debido a un “secreto” que guarda el grupo y que le ocurrió en el pasado a uno de los componentes. Pero también podríamos encontrar similitudes argumentales con la película “El incidente” y con las novelas pertenecientes al “catastrofismo inglés” como puedan ser “El día de los trífidos” o “La muerte de la hierba”, que se hacen manifiestas cuando el autor introduce el elemento “fantástico”. Éste se incorpora a la trama en el momento en el que los invitados a la reunión se dan cuenta que están aislados del mundo y que, al parecer, algo grave ha ocurrido en su entorno que ha dejado sin funcionamiento todos los sistemas electrónicos y eléctricos. Esta peculiaridad puede ser reconocida por el lector de género como el producto de lo que conocemos como un pulso electro magnético, o al menos eso parece ya que el misterio se irá acrecentando a medida que nos introduzcamos mas y mas en el relato.

El desarrollo argumental tiene su base en las diferentes maneras de tratar el suceso “apocalíptico” por parte de los personajes. ¿Qué es lo que tienen en común entre ellos? ¿por qué han sobrevivido? ¿están, de alguna manera, predestinados? Las emociones y los contrastes entre las diferentes psicologías de los personajes irán desgranándose poco a poco sin llegar a ninguna conclusión definitiva. En realidad, el autor va dejando que los personajes se vayan diluyendo poco a poco una vez han mostrado sus “cartas”. No hay personajes fuertes, todos son mas o menos normales. Sus reacciones son las que tendría cualquier persona corriente ante un evento tan extraordinario, salvo que usted fuera lector de ciencia ficción. En este caso interpretaría de otra manera alguna de las claves de la novela. Es seguro que el autor no conoce demasiado el género, ya que algunas de esas claves ya estaban resueltas hace años. Pero si usted no es un habitual encontrará novedades mas que acertadas e interesantes.

David Monteagudo es un recién llegado a la literatura que ha tenido una gran promoción por parte de la editorial, que justifica que ya sean 3 las ediciones que se han vendido. Aunque se nota mucho que se trata de una primera novela -hay aspectos que deberían estar mas pulidos- es lo suficientemente interesante como para recomendar su lectura y para vigilar a este autor de cerca en la confianza de que pueda ofrecernos en el futuro alguna que otra sorpresa agradable.