sábado, septiembre 25, 2010

LA TORRE DE CRISTAL

LA TORRE DE CRISTAL
ROBERT SILVERBERG
LA FACTORIA DE IDEAS

La editorial Factoría de Ideas sigue con la política de recuperar grades clásicos en su colección de ciencia ficción. En este caso se trata de volver a disfrutar con uno de los autores norteamericanos mas clásicos que desarrolló sus obras entre los años 50 a 90; Robert Silverberg. Para los lectores que no conozcan a este autor, habría que comentar que sus obras entran de lleno en un tipo de ciencia ficción de grandes hazañas, de grandes escenarios y temas que algunos clasificarían de “megalomanía”. Algunas de las novelas de Silverberg están entre las mas recordadas por los aficionados, trasformadas con el paso del tiempo en clásicos imprescindibles del género. Como muestra sólo reseñar unas pocas de su producción como son “Muero por dentro”, la telepatía y sus implicaciones, “El hombre en el laberinto”, primer contacto con otras civilizaciones”, “El hombre estocástico”, las implicaciones de la predestinación y uno de mis libros preferidos de este autor, o “Roma eterna”, una ucronía sobre el Imperio Romano”.

“La torre de cristal” fue publicada en 1970 y en España pudimos disfrutar de una edición en 1990. Ahora, 40 años después de su publicación, pueden de nuevo los aficionados disfrutar de una novela que no ha perdido ni un ápice de su frescura temática y de su interesante argumento y desarrollo.

Simeón Krug es “El Científico” humano del siglo 24. La humanidad es homogénea, han evolucionado hacia una única raza, mixtura de todas las habidas. Se ha recibido una señal inteligente precedente de una estrella lejana , NGC 7293, y, a fin de devolver la comunicación, se construye una torre en la tundra canadiense que pueda devolver al señal a las inteligencias extraterrestres. Para ello Krug ha diseñado, y construido, toda una nueva especie androide que pueda se convierte en la mano de obra de la humanidad. Estos androides se dividen en tres castas, los alfas, los betas y los gammas, dependiendo de sus características intelectuales. Uno de los androides fundamentales en la historia es “Thor Watchman”, mano derecha de Krug en el proyecto de la torre de comunciaciones. Thor es el protagonista absoluto de la novela, dejando al millonario inventor en un segundo plano. Es a través de las vivencias de los androides, de Thor, como los lectores toman contacto con la civilización futura y, sobre todo, con los problemas que los androides encuentran en su imbricacion con la sociedad futura.

Silverberg traslada al lector algunos de los temas que ya exploró en anteriores obras y que volvió a retomar en otras futuras. Aquí, vemos como el autor elabora una reflexión sobre lo que significa ser humano y, sobre todo, tener conciencia de serlo. Esta premisa no es nueva y ya anteriormente otros autores han usado este tema en sus obras: Asimov, y sus robots positrónicos, es uno de los ejemplos clásicos y aquí en España Domingo Santos escribió uno de los clásicos españoles titulado “Gabriel”. En “La torre de cristal” también se profundiza en lo que es y significa el culto religioso. Desde el punto de vista del autor, éste queda bastante mal parado al asociar ese culto a un fanatismo exacerbado y mal dirigido. Es aquí donde puede ponerse algún reparo a la novela y es que resulta demasiado forzado la respuesta de los “creyentes” respecto de su religión. Dada las características de estos creyentes, parecería irracional un sometimiento tan extenso a una religión demasiado artificial. Pero, si reflexionamos, no parece diferir en exceso de algunos comportamientos que vemos a diario en nuestra sociedad.

Otra de las, buenas, características de este libro es su escasa extensión. La sencillez y el ir directo a la acción y a la explicación, confiere a las páginas una solidez de lectura y una concreción que difícilmente se observa en autores actuales, más dados a rellenar con innumerable parrafadas lo que puede ser resumido en una página. Pero que el elector no se engañe, la concreción no significa carencia de ideas, de motivaciones y de explicaciones. Todo está perfectamente encajado y unido. El dibujo de los personajes queda perfectamente matizado y sus motivaciones también.

“La torre de cristal” es ciencia ficción que no deja indiferente. La especulación científica y social siempre ha sido objeto de disección por los autores del género, y en este caso encontrarán una interesante reflexión sociológica y social que hará pensar al lector sobre los grandes temas filosóficos: ¿qué es el hombre y por qué, o para qué, estamos donde estamos? No se lo pierdan.

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