viernes, enero 01, 2016

La República pneumática




La República pneumática J. Valor Montero. Fantacsy.

                La reciente publicación de La República Pneumática, escrita por J, Valor Montero, me ha permitido retomar uno de los temas en los que llegué a especializarme dentro del género de la ciencia ficción que no es otro que la ucronía. ¿Qué es esto de ucronía, me preguntaran ustedes? Pues digamos que es un relato histórico de ficción en el que la historia no trascurre tal y como la conocemos. Una definición más académica es la que nos ofrece la RAE, que define así la palabra: la utopía aplicada a la historia; historia reconstruida lógicamente de tal modo que habría podido ser y no ha sido. Los anglosajones tiene otro vocablo para designarla que es What if?, es decir ¿Y si…? que resume muy bien de lo que se trata. Porque la ucronía transporta al lector al terreno del fantástico y de la ciencia ficción enfrentando a éstos  a sus conocimientos históricos, creando un universo alternativo en el que las cosas fueron diferentes.  Para que la historia conocida cambie los escritores parten de un punto concreto en el que se produce la modificación. A ese punto lo conocemos como punto Jombar, o Jumbar, y suele ser un suceso histórico de la suficiente relevancia para que su no existencia o su modificación condicione un rumbo histórico diferente.
            La novela que reseñamos este mes la etiqueto como ucronía clara y pura. Valor Montero ha utilizado sus recursos literarios para mostrarnos una República Romana diferente cuyo devenir ha sido modificado por el descubrimiento de la máquina de vapor en el siglo IV DC. Esta invención revoluciona por completo Roma que no es tomada por los bárbaros sino que estos son asimilados. Y es un interesante punto de cambio porque la historia nos enseña que el problema de los Imperios, y sobre todo de su supervivencia, siempre fue el de las comunicaciones. Cuando éstos se hacían enormes, la ingobernabilidad llegaba al no poder establecer una conveniente, y rápida, cadena de órdenes y réplicas. Nuestro autor solventa esta fragilidad al utilizar la tecnología del vapor, la pneumática, como amalgama de este Imperio devenido en República.
            La historia no es realmente un tratado histórico y social de esa sociedad trasmutada en tecnológica. Nos hallamos ante una novela de aventuras, incluso con componentes picarescos, centrada en una Barcinomagna, Barcelona, alternativa descrita con gran profundidad y detalle –el hecho de que el autor sea arquitecto ha debido influir mucho en este hecho-. En la ciudad viene a parar nuestro protagonista, Marcus Novus, huyendo de una persecución a su padre y a él de rebote. Allí va e encontrar enemigos y amigos, icnluyendo una especie de Obi Wan Kenobi femenian, o más bien de Yoda si nos atenemos a su dominio del latín, que le guiará por los caminos de las disciplinas orientales, y podríamos decir que  mágicas- de la Via virtutis, como se denomina el movimiento. Novus pasará por un aprendizaje, nada nuevo bajo el sol, y por la consabida rebelión hacia su maestra, recurso de nuevo común a muchas historias fantásticas o de aventuras. Pero al margen de estos clichés, la novela, aunque no ahonda en ellos hay algunos retazos de elementos que envuelven a la pura aventura; críticas a la religión, a la enseñanza –la pneumática es casi una religión en sí misma, a la xenofobia y el racismo, a la esclavitud o a los políticos corruptos que parecen trasladados hacia el pasado dadas sus características.
                El marco referencial resulta interesante a priori, aunque este lector hubiera deseado más la profundización en la sociedad evolucionada a partir de ese cambio; en esos conflictos sociales que producen el maquinismo temprano, que no son otros en su descripción que los de la revolución industrial del XVIII-XIX. Entiendo que es complicado utilizar simultáneamente la  aventura y la especulación histórica en un conjunto que resulte homogéneo, pero entiendo que el substrato histórico es tan interesante que la concreción en detalles sociales hubiera mejorado el resultado final. Pero, como siempre digo, mis deseos son sólo pequeños apuntes de escritor frustrado.
                No puedo decir que para este lector la novela sea un fracaso. Todo lo contrario. Como ucronía funciona perfectamente. El desarrollo de ese mundo alternativo se hace creíble y consistente, dentro de lo que es una fantasía naturalmente. Y en el terreno de la aventura, pese a esos clichés comunes, también funciona como fuente de entretenimiento. El conjunto resulta ser agradable y perfectamente válido. Puesto que la novela está pensada como la primera parte de una trilogía, habrá que esperar a las continuaciones para poder tener una visión de conjunto que no dudo que mejorará la historia de esta Roma tan singular.

Publicado previamenter en ScifiWorld. 2015