INTRODUCCIÓN.
Michael Crichton
(1942-2008) fue un escritor norteamericano muy popular por sus numerosos betsellers. Como autor triunfó en el mundo de la
literatura popular con gran cantidad de éxitos populares y ventas; la crítica, sin embargo, no compartió ese entusiasmo. A destacar entre sus obras La amenaza de
Andrómeda, El hombre terminal, Parque Jurásico, Esfera o el
Guerrero número 13. Este pequeño resumen es sólo de obras
traspasadas al cine.
Su formación médica se
percibe en muchas de sus creaciones. La biología, la medicina o la
genética están presentes en sus novelas, culminando en una
producción para televisión como es ER, titulada en España
Urgencias. En ella suelta todos sus conocimientos médicos,
resultando una serie bastante creíble, dentro de lo que cabe en la
ficción.
No solo se centró en su
faceta de escritor, sino que también fue guionista y director de
diversas producciones cinematográficas. De entre sus incursiones en
la filmografía conviene destacar dos de ellas Coma y West World.
Coma es un tecno trhiller médico en el que se pone en cuestión a
las corporaciones médicas norteamericanas y su manipulaciones con
tal de conseguir beneficios. West World nos sitúa en un mundo de
ciencia ficción donde los robots son los protagonistas. Esta
película dio lugar a un segundo filme y a una serie actual de gran
éxito de la mano de HBO. Jurassic Park, por otra parte, fue su gran
éxito a nivel mundial aunque no fuera su director, honor que le
correspondió a Steven Spielberg.
LA AMENAZA.
En 1969, y cuando
Crichton era aún un alumno de medicina, se publica la novela The
Andrómeda Strain, literalmente La Cepa Andrómeda, conocida en
España como La Amenaza de Andrómeda. En la década de los 60 la
guerra fría está en plena vigencia. La carrera espacial por hacerse
con el prestigio de la colonización del espacio se desarrolla entre
la URSS y USA. Ésta última consigue hacer llegar al primer hombre a
la Luna; el comandante Neil Armstrong alunizaría el 21 de julio de 1969, junto con el astronauta Buzz Aldrin.
Esta guerra fría impuso
una carrera de armamentos entre occidente y el bloque capitaneado por
la URSS. Los dos bloques invirtieron en investigación de armamentos
de todas clases, sobre todo en armamento convencional y capacidad
nuclear. Pero también se desarrollaron las armas químicas y
bacteriológicas, o al menos eso se decía pues ese tipo de armas
nunca fue admitida por las super potencias. Es en este entorno en el
que se desarrolla la historia de la Amenaza de Andrómeda que combina
la exploración del espacio y la búsqueda de armamento biológico.
Tanto la novela como su
adaptación al cine comparte prácticamente las mismas premisas e
incluso idéntico desarrollo lineal y de guión. Nos encontramos ante
una investigación contra reloj para intentar descifra el enigma de
la muerte de toda la población de un pequeño pueblo de Nuevo
México. Esas muertes, salvo la de dos habitantes, un bebé y un
hombre de unos 50 años, están relacionadas con la caída de un
satélite en el pueblo. Se sospecha que el satélite ha traído en su
reentrada en la Tierra algún tipo de espécimen, bacteria o virus,
nocivo para las personas.
La película que dirige
Robert Wise estrenada en 1971 sigue , como ya he dicho, fielmente a
la novela. Wise fue un excelente artesano que realizó películas
como Wset Side Story, Sonrisas y Lágrimas, Ultimatum a la Tierra o
Star Trek, la película. Abarcó casi todos los géneros y se puede
decir que conocía muy bien el oficio. En La Amenaza de Andrómeda
elige unos actores que por su físico son personas totalmente
normales. Un cirujano, una bioquímica, y dos científicos mas son los
protagonistas de la aventura para detener el mal denominado virus
Andrómeda.
Los dos supervivientes
son traslados a unas instalaciones secretas de alta seguridad, el
complejo Wildfire, diseñado para analizar y encontrar un remedio
para todo tipo de agentes infecciosos o químicos. Ese grupo de
selectos científicos tienen que luchar contra el tiempo para lograr
identificar y detener el extraño patógeno que provoca una
trombósis masiva en los seres humanos que mueren en pocos segundos.
El diseño de producción
es magnífico contando que se realizó en 1970. Las instalaciones de
Wildfire fueron, para la época, un prodigio de futurismo muy
creíble. La cinta, y la novela de la que proviene, se recrea en
muchos detalles técnicos y científicos de manera que podemos
considerarlo un tecnothriller hard, probablemente uno de los primeros
y a los que Crichton era tan aficionado. Se percibe que se hizo un
gran trabajo de investigación para que la historia pareciera, al
menos, creíble. La concepción del centro de investigación Wildfire
es minuciosamente detallada, consistiendo en un recinto subterráneo
circular de cinco pisos. Para acceder al nivel 5, el mas profundo, se
requiere una desinfección total del cuerpo para impedir la entrada
de patógenos en un ambiente totalmente limpio. Para protección, y
para evitar una posible contaminación exterior, el complejo dispone
de un artefacto nuclear que al detonar produciría una cauterización
total.
Por otra parte la
investigación de la cepa Andrómeda descubre que no se trata de un
virus sino de una forma de vida cristalina que se alimenta de
energía. Una forma de vida sin residuos y que utiliza toda la
energía que recibe para multiplicarse y vivir. Una vida
especialmente adaptada a las condiciones del espacio exterior que
aprovecha al máximo la energía del entorno hostil.
Hay alguna diferencia
entre la novela y la película pero son mas que nada para añadir
espectacularidad. El sistema de defensa del núcleo central en la
novela dispone de lanzadores de dardos de curare, para evitar la fuga
de cobayas, y en la película es una defensa de rayo láser, lo que
en 1969 suponía un avance el utilizar esos láser como armas
dirigidas por computadora. Es curioso contemplar como todo esta
computerizado. De hecho uno de los científicos pregunta por la
biblioteca y le contestan que toda la información se encuentra en el
ordenador.
La solución al problema
del crecimiento de Andrómeda se desvela al final, como es lógico,
al observar que tanto el hombre superviviente como el bebé tienen
algo en común en la sangre y es que sus niveles de acidosis están
en límites muy altos, el bebe una alcalosis extrema debido al llanto
y el hombre una acidosis debido a su ulcera tratada con aspirina y un
alcohol de fabricación casera. Andrómeda sólo puede actuar en un
intervalo determinado de PH sanguíneo.
Pero la historia tiene un
subtexto muy interesante y es la posibilidad de que un experimento
con sustancias extrañas se vea descontrolado en un momento dado y
esto produzca un peligro real para la humanidad. De hecho el satélite
buscaba precisamente encontrar virus en el espacio exterior que
pudieran ser usados como armas biológicas. En ese sentido, esa
búsqueda de ciertos patógenos para ser utilizados como armas ha
sido usado en diferentes películas y novelas. La saga Resident Evil
o Estallido contemplan la posibilidad de esta inseguridad en la
investigación con virus de ese tipo.
Alfonso Merelo, cuarto
día del estado de Alarma.
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