EL AUTOR
Las aventuras
espaciales, los viajes a otros mundos, siempre fueron, y los siguen
siendo, un tema muy querido para los autores de ciencia ficción.
Qué mejor escenario para desarrollar historias que las vicisitudes
de los viajeros durante su estancia en el espacio rumbo a otros
planetas o sistemas planetarios. Es el viaje en sí es lo más
interesante en ocasiones, si bien también puede llegar a serlo el
destino, con sus paisajes exóticos y diferentes.
En España, desde los
primeros balbuceos literarios del género, los autores utilizan los
viajes espaciales como temática recurrente. La Luna, muy
habitualmente, o los planetas del sistema solar son los puntos de
destino de los viajeros. El viaje interestelar aún debería de
esperar muchos años para ser motivo de historias.
En este artículo
veremos uno de estos viajes espaciales, concretamente a Júpiter.
Encuentro con Medusa, Arthur C. Clarke, es uno de los mejores
relatos de exploración del planeta que he tenido la oportunidad de
leer, sin embargo un español del siglo XIX llegó primero a imaginar
esta aventura. Se llamó Enrique Bendito y esta es su historia.
De su biografía existen
pocos datos y los rescato de la web de Augusto Uribe, siempre fiable
investigador. Enrique Bendito y Trujillo nació en 1859 En la ciudad
de Alicante en 1859. A partir de 1876 realiza estudios militares en
ingresó en la Academia de Artillería y obtiene su despacho de
oficial. Durante 52 años permaneció en el ejército español,
alcanzando el grado de General de División. Como militar participó
en las guerras de África y Cuba. Únicamente escribió dos libros de
ficción, el que les expongo en este artículo y un suerte de
continuación de una novela verniana titulada El hijo del Capitán
Nemo .
EL VIAJE A JUPITER
La historia comienza con
el viaje a China, tras el fallecimiento de sus padres, de Henry y
Jeorges Hampill y Yorksire , dos jóvenes aristócratas ingleses. En
Shanghái conocen al filósofo chino Li-Tai que les informa de su
plan para viajar a Júpiter y les ruega que lo acompañen en tan
inusitado viaje. Durante el viaje los hermanos y el filósofo tienen
largas conversaciones sobre astronomía, física y filosofía. Al
entrar en la atmósfera de Júpiter, Jeorges entra en pánico y
desestabiliza la nave espacial impidiendo el aterrizaje de ésta. Al
perder su provisión de mercurio, combustible usado en el vuelo, no
pueden abandonar el aparato y deben volver a la Tierra sin haber
tomado contacto directo con los jovianos. En el camino de vuelta a la
Tierra el filósofo desaparece de una manera prodigiosa y los dos
hermanos terminan en su habitación de hotel.
La novela corta, apenas
35 páginas, se compone de cuatro capítulos en los que los dos
últimos se corresponden con el viaje sideral. En la portada se
reseña que Bendito pertenece a la sociedad astronómica de Francia,
hecho que queda patente en el texto dado que el autor desgrana sus
conocimientos de astronomía a lo largo de toda la obra. Estos
conocimientos son utilizados para explicar al lector las trayectorias
para llegar a los planetas o las explicaciones físicas acerca de la
manera de escapar de la gravedad. Se permite por ejemplo explicar en
notas a pie de página los tamaños de las lunas del planeta, o mejor
dicho de las cinco lunas que se conocían en la época de escritura
del libro.
La nave con la que
viajan a Júpiter es denominada por el sabio “el tren” – hay
que decir que este no es el primer viaje que realiza sino que ya ha
visitado otros planetas del sistema solar- y usa un sistema de
propulsión similar al de la cavorita de Wells1.
Un metal que rechaza la gravedad y que puede ser usado para repeler o
atraer en función que se utilice una especie de paraguas que protege
o no el metal. La nave es una esfera y es capaz de crear su propia
atmósfera mediante la combinación de “oxígeno e hidrógeno
sólidos”, así se atemperan los rigores de del espacio y sus
temperaturas extremas. Otro de los descubrimientos del sabio oriental
consiste en mantener una gravedad artificial dentro de la esfera de
manera que los viajeros puedan llega a Júpiter sin ser aplastados
por la gravedad del planeta.
Como puede verse el
relato es claramente de ciencia ficción en la medida de las
posibilidades de la época. Anticipa algunos extraños inventos, el
mineral del que está compuesta la nave y le da a esta forma
esférica, muy alejada de las posteriores naves cohete, tan
habituales en la primera mitad del siglo XX. También es de destacar
el contacto con los jovianos que son descritos como una especie de
sombras o “fantasmas” con corporeidad limitada y con una gran
rapidez de movimientos.
1
La novela se editó en 1899 por la imprenta de Jorge Montero en
Valladolid, es decir 2 años antes que Wells publicara Los
primeros hombres en la luna. Esta
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