La República pneumática J. Valor Montero. Fantacsy.
La
reciente publicación de La República Pneumática, escrita por J, Valor Montero,
me ha permitido retomar uno de los temas en los que llegué a especializarme dentro
del género de la ciencia ficción que no es otro que la ucronía. ¿Qué es esto de
ucronía, me preguntaran ustedes? Pues digamos que es un relato histórico de
ficción en el que la historia no trascurre tal y como la conocemos. Una
definición más académica es la que nos ofrece la RAE, que define así la
palabra: la utopía aplicada a la historia;
historia reconstruida lógicamente de tal modo que habría podido ser y no ha
sido. Los anglosajones tiene otro vocablo para designarla que es
What if?, es decir ¿Y si…? que resume muy bien de lo que se trata. Porque la
ucronía transporta al lector al terreno del fantástico y de la ciencia ficción
enfrentando a éstos a sus conocimientos
históricos, creando un universo alternativo en el que las cosas fueron
diferentes. Para que la historia
conocida cambie los escritores parten de un punto concreto en el que se produce
la modificación. A ese punto lo conocemos como punto Jombar, o Jumbar, y suele
ser un suceso
histórico de la suficiente relevancia para que su no existencia o su
modificación condicione un rumbo histórico diferente.
La
novela que reseñamos este mes la etiqueto como ucronía clara y pura. Valor
Montero ha utilizado sus recursos literarios para mostrarnos una República
Romana diferente cuyo devenir ha sido modificado por el descubrimiento de la
máquina de vapor en el siglo IV DC. Esta invención revoluciona por completo
Roma que no es tomada por los bárbaros sino que estos son asimilados. Y es un
interesante punto de cambio porque la historia nos enseña que el problema de
los Imperios, y sobre todo de su supervivencia, siempre fue el de las
comunicaciones. Cuando éstos se hacían enormes, la ingobernabilidad llegaba al
no poder establecer una conveniente, y rápida, cadena de órdenes y réplicas.
Nuestro autor solventa esta fragilidad al utilizar la tecnología del vapor, la
pneumática, como amalgama de este Imperio devenido en República.
La
historia no es realmente un tratado histórico y social de esa sociedad
trasmutada en tecnológica. Nos hallamos ante una novela de aventuras, incluso
con componentes picarescos, centrada en una Barcinomagna, Barcelona,
alternativa descrita con gran profundidad y detalle –el hecho de que el autor
sea arquitecto ha debido influir mucho en este hecho-. En la ciudad viene a
parar nuestro protagonista, Marcus Novus, huyendo de una persecución a
su padre y a él de rebote. Allí va e encontrar enemigos y amigos, icnluyendo
una especie de Obi Wan Kenobi femenian, o más bien de Yoda si nos atenemos a su
dominio del latín, que le guiará por los caminos de las disciplinas orientales,
y podríamos decir que mágicas- de la Via virtutis, como se denomina el
movimiento. Novus pasará por un aprendizaje, nada nuevo bajo el sol, y por la
consabida rebelión hacia su maestra, recurso de nuevo común a muchas historias
fantásticas o de aventuras. Pero al margen de estos clichés, la novela, aunque
no ahonda en ellos hay algunos retazos de elementos que envuelven a la pura
aventura; críticas a la religión, a la enseñanza –la pneumática es casi una
religión en sí misma, a la xenofobia y el racismo, a la esclavitud o a los
políticos corruptos que parecen trasladados hacia el pasado dadas sus
características.
El marco referencial
resulta interesante a priori, aunque este lector hubiera deseado más la
profundización en la sociedad evolucionada a partir de ese cambio; en esos
conflictos sociales que producen el maquinismo temprano, que no son otros en su
descripción que los de la revolución industrial del XVIII-XIX. Entiendo que es
complicado utilizar simultáneamente la
aventura y la especulación histórica en un conjunto que resulte homogéneo,
pero entiendo que el substrato histórico es tan interesante que la concreción
en detalles sociales hubiera mejorado el resultado final. Pero, como siempre
digo, mis deseos son sólo pequeños apuntes de escritor frustrado.
No
puedo decir que para este lector la novela sea un fracaso. Todo lo contrario.
Como ucronía funciona perfectamente. El desarrollo de ese mundo alternativo se
hace creíble y consistente, dentro de lo que es una fantasía naturalmente. Y en
el terreno de la aventura, pese a esos clichés comunes, también funciona como
fuente de entretenimiento. El conjunto resulta ser agradable y perfectamente
válido. Puesto que la novela está pensada como la primera parte de una
trilogía, habrá que esperar a las continuaciones para poder tener una visión de
conjunto que no dudo que mejorará la historia de esta Roma tan singular.
Publicado previamenter en ScifiWorld. 2015
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