Trece, número
de mal “fario” para los supersticiosos, son los relatos que contienen esta
antología que comentamos en Scifiworld. No es un mal número, ni bueno, porque
lo importante en un libro no es el número de páginas o historias que tiene sino
lo que nos ofrece como lectores. Y lo que nos debe ofrecer es, por lo menos,
amenidad, evasión y reflexión. No tienen que contener todos estos elementos
pero si al menos alguno de ellos para ser un producto, sí no hay que asustarse
de llamar a la literatura producto, agradable. Por supuesto una humilde
hamburguesa puede saciar tanto como unas chuletas de cordero a la provenzal. No
son lo mismo pero ambas cumplen su función siempre que las dos están bien
cocinadas y realizadas con productos nobles. En la literatura ocurre lo mismo y
puede saciar tanto al aficionado una novela de 6000 páginas, o más -y estoy
pensando en un autor que con sus tronos y juegos nos va a llevar a los 5
guarismos como no se corte un poco- que
un relato de veinte paginas donde se condensa en la brevedad el jugo de la
imaginación.
Soy un gran
aficionado a los relatos. Nací a la literatura de ciencia ficción con los
relatos cortos, como casi todos, y veo en ellos, en los cuentos, la esencia de
las ideas, la herencia de los relatos orales contados a la luz de la chimenea y
las mejores historias que se pueden contar en pocas palabras, sin estridencias
y rellenos insoportables. Es en estos cuentos donde los escritores pueden
llegar a cotas altísimas de literatura. En la equivalencia culinaria son un mar
de tapas.
Ángel Luis
Sucasas, compañero de fatigas en esta revista, nos ofrece, de la mano de Nevsky
Prospects, un impresionante muestrario
de relatos de corte fantástico, y de ciencia ficción, que desde luego no me han
dejado indiferentes. Es sorprendente la capacidad de adaptabilidad que tiene
Sucasas para sacar el mejor partido de algunos de los mitos e iconos más
reconocidos del género. No narra aventuras en ninguno de sus relatos, aunque
también, narra vivencias, narra emociones y pensamientos de sus protagonistas.
Todo el entramado de sus relatos se nutre de las perspectivas emocionales de
sus personajes y de sus relaciones con los demás. En esas diferentes
psicologías se encuentra la fortaleza del libro; pese a las ficciones mas
inverosímiles nos creemos lo que nos está contando porque los personajes son
accesibles y están reflejados de manera más que convincente. Es fascinante leer
acerca del comportamiento de un hombre lobo enamorado y como podría comportarse
o escudriñar como un símil de Conan responde ante el reto de su archienemigo un
malvado mago. En ese sentido la labor realizada en la caracterización de los
personajes sólo puedo calificarla como excelente.
Pero no sólo es esa técnica con los
personajes lo que atrae al lector, tenemos también la interesante incursión en
mundos fantásticos que podemos reconocer en muchas ocasiones, pero que matizan
de manera convincente lo que ya conocíamos. Escenarios de espada y brujería, de
CF weird, de hadas, de terror. Toca casi todos los palos y sale bien librado de
todos, o de casi todos.
Debería de hacer una revisión de cada uno
de los cuentos, pero creo que será mejor que ustedes juzguen por si mismos las
bondades de los mismos. Mi misión en estas páginas, si es que la tengo, no es
nada más que mostrarles mis gustos personales sobre los relatos que les traigo
hasta aquí. Son siempre relatos que me han parecido interesantes por algún
motivo y por eso se los recomiendo.
Pese a lo que he dicho anteriormente no
me resisto a comentar algunos de estos
relatos, y sinceramente he de empezar por el primero de la antología que se
titula Un cuento de la Dama Blanca. Es
un relato de licántropos, sí, pero narrado de tal manera que se trasforma en un
relato de amor, pero no de un amor carnal o ñoño, sino de un amor, o mejor
atracción, que va mas allá del puro instinto o del sexo compulsivo. La
resolución, no por esperada, deja un mal sabor de boca al comprobar que las
cosas son casi siempre como tiene que ser y que no se pude uno escapar del
destino. Pero a continuación Sucasas se descuelga con El último amanecer en el que aborda el Apocalipsis de una manera
singular, que no voy a desvelar, pero que está muy influenciada por el cine. No
es el desenlace lo interesante, son las reacciones de los personajes ante él,
tanto los activos como los pasivos. Muy desasosegante. Y les traigo un tercer
relato El día que dije no a un Imperio
que está encuadrado dentro de una ciencia ficción con reminiscencias de Arthur
C. Clarke. Es un relato de rebelión, de rebelión y de lucha, de ascensión y de
madurez en un entorno galáctico muy imaginativo. Una de las grandes propuestas
de Sucasas.
Esta antología está llamada a ser una de
las más interesantes de este año 2015, a la altura de las grandes del género. Un
autor que seguiré de aquí en adelante y del que he de retomar sus obras
anteriores.
Relatos:
Un cuento de la Dama Blanca
El último amanecer
Por ti…
El ocaso de los sueños
Más allá
La sonrisa y el reflejo
La ofrenda
El día que dije no a un Imperio
La despedida
La llamada del cazador
Omeyocán
La llamada del cazador
Omeyocán
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