miércoles, diciembre 02, 2015

La tercera Cara de La Luna








Trece, número de mal “fario” para los supersticiosos, son los relatos que contienen esta antología que comentamos en Scifiworld. No es un mal número, ni bueno, porque lo importante en un libro no es el número de páginas o historias que tiene sino lo que nos ofrece como lectores. Y lo que nos debe ofrecer es, por lo menos, amenidad, evasión y reflexión. No tienen que contener todos estos elementos pero si al menos alguno de ellos para ser un producto, sí no hay que asustarse de llamar a la literatura producto, agradable. Por supuesto una humilde hamburguesa puede saciar tanto como unas chuletas de cordero a la provenzal. No son lo mismo pero ambas cumplen su función siempre que las dos están bien cocinadas y realizadas con productos nobles. En la literatura ocurre lo mismo y puede saciar tanto al aficionado una novela de 6000 páginas, o más -y estoy pensando en un autor que con sus tronos y juegos nos va a llevar a los 5 guarismos como no se corte un poco-  que un relato de veinte paginas donde se condensa en la brevedad el jugo de la imaginación.
Soy un gran aficionado a los relatos. Nací a la literatura de ciencia ficción con los relatos cortos, como casi todos, y veo en ellos, en los cuentos, la esencia de las ideas, la herencia de los relatos orales contados a la luz de la chimenea y las mejores historias que se pueden contar en pocas palabras, sin estridencias y rellenos insoportables. Es en estos cuentos donde los escritores pueden llegar a cotas altísimas de literatura. En la equivalencia culinaria son un mar de tapas.
Ángel Luis Sucasas, compañero de fatigas en esta revista, nos ofrece, de la mano de Nevsky Prospects,  un impresionante muestrario de relatos de corte fantástico, y de ciencia ficción, que desde luego no me han dejado indiferentes. Es sorprendente la capacidad de adaptabilidad que tiene Sucasas para sacar el mejor partido de algunos de los mitos e iconos más reconocidos del género. No narra aventuras en ninguno de sus relatos, aunque también, narra vivencias, narra emociones y pensamientos de sus protagonistas. Todo el entramado de sus relatos se nutre de las perspectivas emocionales de sus personajes y de sus relaciones con los demás. En esas diferentes psicologías se encuentra la fortaleza del libro; pese a las ficciones mas inverosímiles nos creemos lo que nos está contando porque los personajes son accesibles y están reflejados de manera más que convincente. Es fascinante leer acerca del comportamiento de un hombre lobo enamorado y como podría comportarse o escudriñar como un símil de Conan responde ante el reto de su archienemigo un malvado mago. En ese sentido la labor realizada en la caracterización de los personajes sólo puedo calificarla como excelente.
Pero no sólo es esa técnica con los personajes lo que atrae al lector, tenemos también la interesante incursión en mundos fantásticos que podemos reconocer en muchas ocasiones, pero que matizan de manera convincente lo que ya conocíamos. Escenarios de espada y brujería, de CF weird, de hadas, de terror. Toca casi todos los palos y sale bien librado de todos, o de casi todos.

Debería de hacer una revisión de cada uno de los cuentos, pero creo que será mejor que ustedes juzguen por si mismos las bondades de los mismos. Mi misión en estas páginas, si es que la tengo, no es nada más que mostrarles mis gustos personales sobre los relatos que les traigo hasta aquí. Son siempre relatos que me han parecido interesantes por algún motivo y por eso se los recomiendo.

Pese a lo que he dicho anteriormente no me resisto a comentar  algunos de estos relatos, y sinceramente he de empezar por el primero de la antología que se titula Un cuento de la Dama Blanca. Es un relato de licántropos, sí, pero narrado de tal manera que se trasforma en un relato de amor, pero no de un amor carnal o ñoño, sino de un amor, o mejor atracción, que va mas allá del puro instinto o del sexo compulsivo. La resolución, no por esperada, deja un mal sabor de boca al comprobar que las cosas son casi siempre como tiene que ser y que no se pude uno escapar del destino. Pero a continuación Sucasas se descuelga con El último amanecer en el que aborda el Apocalipsis de una manera singular, que no voy a desvelar, pero que está muy influenciada por el cine. No es el desenlace lo interesante, son las reacciones de los personajes ante él, tanto los activos como los pasivos. Muy desasosegante. Y les traigo un tercer relato El día que dije no a un Imperio que está encuadrado dentro de una ciencia ficción con reminiscencias de Arthur C. Clarke. Es un relato de rebelión, de rebelión y de lucha, de ascensión y de madurez en un entorno galáctico muy imaginativo. Una de las grandes propuestas de Sucasas.

Esta antología está llamada a ser una de las más interesantes de este año 2015, a la altura de las grandes del género. Un autor que seguiré de aquí en adelante y del que he de retomar sus obras anteriores.

Relatos:
Un cuento de la Dama Blanca
El último amanecer
Por ti…
El ocaso de los sueños
Más allá
La sonrisa y el reflejo
La ofrenda
El día que dije no a un Imperio
La despedida
La llamada del cazador
Omeyocán
La llamada del cazador
Omeyocán

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