Paolo Bacigalupi
Nº de páginas 535
PVP 21,90 €
ISBN:
Paolo
Bacigalupi es un autor desconocido, hasta ahora, en España. Es más, es un autor
que comienza su andadura en la ciencia ficción no hace demasiado tiempo, unos
cinco años, en los USA. En este corto periodo de tiempo se ha ganado
ya una sólida reputación y ha cosechado el favor de los lectores y de los críticos.
Ha ganado en este intervalo los premios Hugo, Nébula, Compton Crook, Theodore
Sturgeon y Michael L. Printz entre otros. Un increíble palmarés que lo coloca
entre las grandes plumas de la literatura de ciencia ficción. El libro que hoy
presentamos ha ganado los premios Nebula y Hugo, si bien este último premio ha
sido compartido con China Mieville y su novela The City&The City.
Bacigalupi
presenta de la mano de Plaza&Janés su primera novela en España titulada “La
chica mecánica”, originalmente The Windup
Girl –quizá mas aproximadamente La
chica a cuerda, o de cuerda-. Se llega a afirmar, en la promoción de la
novela, que es la mejor novela de ciencia ficción de los últimos 10 años, afirmación
esta que puede resultar muy exagerada pero que refleja bastante bien el clima y
las expectativas que ha levantado este autor entre críticos y aficionados.
Bacigalupi nos
trasporta a una Tailandia en el siglo XXII, uno de los pocos países asiáticos
supervivientes del que es uno de los
pocos supervivientes del terrible holocausto que se ha abatido sobre La Tierra. Esta destrucción ha
estado motivada por el cambio climático brutal y la aparición de nuevas
epidemias, las más de ellas provocadas, que han diezmado la población. La
tecnología, y el nivel de vida, han retrocedido décadas. Los combustibles
fósiles ya no existen y se utiliza una curiosa tecnología, la de los resortes,
para paliar en parte esta falta de energía. El resto de la energía procede de
la tracción animal, incluidos los humanos. La biotecnología, sin embargo,
provocadora de la catástrofe, ha avanzado de manera espectacular y existen
animales, y humanos, alterados genéticamente, amén de todas las mejoras habidas
en los cultivos, que han permitido sobrevivir a parte de la humanidad.
Este es el
escenario general que nos muestra el autor; un mundo devastado y que lucha por
su supervivencia. Pese a todas las catástrofes provocadas por el capitalismo
salvaje, éste permanece intacto e intenta, una vez mas, explotar a los países
de su zona de influencia. La crítica a las multinacionales, y a sus directivos,
queda de manifiesto al ver su comportamiento al margen de cualquier regla del
juego y únicamente preocupadas por la consecución de beneficios a corto plazo.
Naturalmente la amoralidad de las prácticas comerciales es total sin que haya
el más mínimo atisbo de empatía hacia los consumidores o trabajadores. Es,
aproximadamente, lo que vivimos en la actualidad y que tan bien anticiparon Korbluth
y Pohl en su nunca suficientemente ponderada “Mercaderes del Espacio”
Varios
protagonistas van a contar sus historias paralelas en esa sociedad Tailandesa,
cuyo ambiente recuerda mucho al descrito en la estupenda “El año que vivimos
peligrosamente”, película de Peter Weir y novela de C.J. Koch., salvando las
distancias pues en este último caso la acción trascurría en la Indonesia del dictador
Sucarno. Los camisas blancas, pertenecientes al ministerio de medio ambiente,
son los encargados de velar por la pureza de los alimentos. Pero el ministerio
está enfrentado a otros poderes del reino y las intrigas palaciegas
desencadenarán sucesos violentos a los largo del país. En realidad, Bacigalupi,
no hace otra cosa que enfrentar al “proteccionismo” con un neoliberalismo
salvaje Ninguno de los dos saldrá bien parado del enfrentamiento.
Una de las
piezas maestras de la obra es precisamente la chica mMecánica –Emiko- que hace
eferencia al título. Emiko no es mas que un producto de ingeniería genética
japonesa. Un neoser, cuyas habilidades están muy amplificadas con respecto a
los humanos. Fue abandonada por su “amo” en el país y se gana la vida de mala
manera en un espectáculo “porno”. Los
neoseres son esclavos, muy cualificados pero esclavos. Se les puede hacer de
todo porque, además, tienen condicionado en sus genes la obediencia hacia sus
amos. El referente inemdiato son los replicantes de Dick, pero en este caso no
tienen esa fecha de caducidad terrible implementada. En verdad ellos son el
futuro evolutivo de la humanidad, aunque ésta se resista a aceptarlos y se les
considere meros objetos sin “alma”. Pero Emiko es también una metáfora del
trabajador actual. Es un identificación con los trabajadores que no tienen
futuro, que son marionetas en manos del sistema, obedientes, sumisos y
condicionados para aceptar siempre lo que les dictan sus amos. Emiko es el
epítome de este comportamiento, aunque es también muy peligrosa cuando se ve
acorralada, más de lo que se hubiera pensado, y esto también puede considerarse
una metáfora.
Para terminar
esta reseña, no hay que olvidar que la ciencia ficción ejerce muchas veces una
labor de advertencia o de magnificación de las condiciones sociales. “La Chica Mecánica” es una de esas
obras que hacen pensar y reflexionar sobre lo que puede llegar a ocurrir o,
mejor dicho, de lo que ya está ocurriendo. Probablemente las cosas no son tan
diferentes a las que podemos leer, y podemos extraer muchas conclusiones sobre
como deberíamos comportarnos ante los acontecimientos que estamos viviendo.
Publicado originalmente en la revista ScifiWorld
© Alfonso Merelo 2011-2013
© Alfonso Merelo 2011-2013
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