Stephen
King
El “rey” del
género de terror, Stephen King, ha publicado en España, apenas un mes después
de hacerlo en USA, su última novela titulada Doctor sueño. King ha vuelto a recrear el universo que inventara en
el lejano 1977 cuando publicó su tercera novela The shinning, traducida en España primeramente como Insólito esplendor y después, a raíz del
estreno de la película de Kubrik, ya El
resplandor. El resplandor fue el
premier gran éxito del autor. Doctor
sueño trata de la historia de Daniel Torrance, el niño que sobrevivió a los
horrores del hotel Overlook –y a su padre-, 30 años después de los sucesos de
la primera novela. Daniel es celador en
un hospital de mayores y ayuda a los ancianos a “pasar” a la otra vida. Ha
conseguido dominar parcialmente sus poderes que le siguen causando graves
problemas vitales.
King ha
realizado una interesante revisión de su historia original. Ha utilizado su
personaje como anclaje para contar una historia diferente. Si en El resplandor el lector se preguntaba
qué es lo que ocurría en el hotel, o mejor qué era el mal que habitaba el hotel
–¿eran fantasmas, una maldición, un terror imaginado?-, aquí el texto se vuelve
más explícito y narra una forma de mal que recorre los USA y que está presente
en los grandes desastres de ese país. Este mal, una comunidad de extraños
vampiros psíquicos, se nutre de víctimas que poseen ese “resplandor” del que
Danny hace gala. Aquí los papeles se trastocan y ahora es el turno de Torrance
para guiar, en cierta manera, a una chica que posee sus poderes pero
incrementados en muchos grados. La comunidad “vampírica” irá a buscarla para
drenar sus poderes y ese “soplo” vital tan intenso.
El mismo autor
cuenta en la introducción que en El
resplandor el trasfondo de la trama era el alcoholismo y las relaciones
padres e hijos, en Doctor sueño, y a
través del Torrance, King retrata su propia experiencia, o al menos eso se
trasluce, en alcohólicos anónimos y la salida de la enfermedad. Daniel encontró
a manera de mantener su poder acallado mediante el alcohol, pero éste le llevo
a situaciones no deseadas y más allá de lo tolerable. Su abandono del alcohol
le hace recuperar todas sus habilidades paranormales en todo su esplendor. Lo
que parecería una bendición no lo es. Naturalmente la reflexión que subyace es
¿es mejor vivir la realidad sin tapujos o continuar ignorándola por medios
artificiales? En esta novela se opta por la primera de las opciones como forma
de expiar las culpas. El sufrimiento es mejor que la apatía y la desgana. A
través del dolor se consiguen más y mejores causas. Una opción que está
presente en todo el texto y que puede ser o no compartida.
Es indudable,
e inevitable, que el lector va a
comparar las dos novelas, cosa que el autor ya suponía y que le ha causado una
situación de temor. Yo también las he comparado y, sinceramente, las dos tienen
sus momentos de “resplandor”. En mis gustos personales puedo contar que una
novela me impacta cuando la recuerdo, cuando recuerdo partes de ella y cuando
puedo volver a contar su argumento y algunas de sus situaciones. Y esto me pasó
con El resplandor y me ha pasado con Doctor sueño. Por tanto, para este
cronista la última novela de Stephen King es más que válida para los que antaño
leímos asustados las aventuras, mejor dicho desventuras, de Danny Torrance,
pero también lo puede ser para el que se acerque por primera vez a este
personaje.
Publicado previamente en Scifiworld
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