Ridley Scott. El Imperio de la Luz
Juan Andrés Pedrero Santos
Juan Andrés
Pedrero Santos vuelve a las pantallas, perdón, a los escaparates de las
librerías para presentarnos un nuevo ensayo, esta vez dedicado al director
Ridley Scott. El traer este libro a estas páginas de una revista dedicada al
fantástico tiene su justificación si tenemos en cuenta que Scott ha sido un
referente en el género por algunas de sus películas que han calado más que
profundamente en los aficionados.
El libro es una
excelente manera de revisar la obra del director desde sus primeros cortos y
anuncios publicitarios hasta su última, y fallida producción –desde mi punto de
vista-, Prometheus. Pedrero, con un lenguaje accesible que no requiere de
profundos conocimientos cinematográficos para entenderlo, efectúa un recorrido
completo por la filmografía del director. El autor es un ensayista, en este
libro, comedido y alejado de expresiones técnicas que sólo suelen producir
tedio al lector no especializado. Es decir: es un texto que acerca al director
y a su obra sin que la pedantería de la que hacen gala otros escritores nos impida
enterarnos de las propuestas cinematográficas.
En el ámbito
que nos atañe, el fantástico, Scott ha realizado cuatro películas; Alien, el octavo pasajero, Blade Runner, Legend y Prometheus. De
todas ellas, las dos primeras son
míticas dentro de la historia del cine de ciencia ficción mundial. Son míticas
porque supusieron en su tiempo un revulsivo para la ciencia ficción fílmica.
Alien introdujo de manera masiva el terror dentro del género, el terror gore
entre otras cosas. Hubo filmes anteriores que lo contemplaban, pero Scott lo
sublimó y le dio patente de calidad. Y Blade Runner, un desastre de taquilla
cuando se estrenó, se convirtió posteriormente, incomprensiblemente para mí, en
un referente de calidad para algunos
aficionados y críticos.
Pedrero se
reconoce admirador de Scott, y pese a que no comparto su entusiasmo por el
director, he de reconocer que el libro es una buena manera de acercarse a los
postulados del cine del británico. En ese aspecto el autor se muestra objetivo
y aporta un amplio conocimiento y precisión del personaje manteniendo con
razonamientos impecables sus opiniones. No se ha de estar de acuerdo con ellas,
de hecho no lo estoy con muchas, pero si hay que reconocer que son perfectamente
válidas y contextualizadas.
El libro está
dividido en tantos capítulos como películas de largometraje ha dirigido el
director, añadiendo uno dedicado a su biografía al comienzo del mismo. Las
películas son analizadas una a una y destripadas desde sus inicios hasta sus
mas ocultos secretos, si es que estos existen, naturalmente. El lector
interesado en la trayectoria de este director de culto dispondrá de muchos
datos y de unas muy buenas reflexiones acerca de su obra.
Pedrero es un
buen fan, o mejor aficionado que la palabra fan tiene unas connotaciones no
deseable, al género fantástico y esto se nota al leer el tratamiento que da a
las cuatro películas del género. Entro todas ellas se deja traslucir su gran
apetencia por Blade Runner a la que
considera una de las mejores obras de ciencia ficción del cine. Pero no por
ello deja de posicionarse en contra de algunas de las actitudes del director
con esas interminables maneras de estirar al límite el chicle de los remontajes
y versiones que parece haber copiado fielmente del patriarca e iniciador del
fenómeno George Lucas. En esto coincido plenamente con él: es hasta de mal
gusto el hacer pagar al espectador cuatro veces por el mismo producto. En el
caso de Blade Runner la versión del
director debió ser la final y no añadirle, o restarle, minutaje una y otra vez.
Sin embargo he de diferir de la afirmación de que Prometheus podrá convertirse en algo mejor valorado en el futuro.
Estimado ensayista: eso es imposible. No se puede valorar mejor un film con un
guión tan aturrullado e inconsistente, más propio de una serie B, o de un film
de Roger Corman, que de un director de -supuesto- reconocido prestigio.
Prometheus no tiene salvación ni con un director´s cut de campanillas.
En el plano
formal este volumen está muy bien acabado. Tal vez el material gráfico es
excesivamente escaso ya que se limita a unas diez o doce páginas centrales con
fotografías en blanco y negro. Pero hay que admitir que si hubiera sido más
profuso en material gráfico hubiera encarecido el precio notablemente y dadas
las actuales carestías no parece muy razonable esta opción.
Un buen libro
en el que los aficionados encontraran material para juzgar con más datos las
obras del director de la luz, muy
oscura en ocasiones por cierto.
(c) Alfonso Merelo 2012-13
Publicado anteriormente en ScifiWorld
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