Historias de ciencia ficción, Agustín de Foxá
La Biblioteca del Laberinto.
240 págs
20 €
“Soy aristócrata, soy conde, soy rico, soy embajador, soy gordo, y todavía me preguntan por qué soy de derechas. ¿Pues que coños puedo ser?”.
Esta frase, atribuida al mismo Agustín de Foxá, hacía un auto-retrato paródico del autor que traemos a esta columna hoy.
Foxá fue un diplomático, falangista, y, a tenor de lo visto y leído, atípico dentro de la negrura del régimen franquista. Su obra mas conocida “De Madrid a Checa” narra la guerra civil desde el punto de vista de un representante del bando rebelde. Recientemente su nombre ha saltado a la palestra debido a la prohibición de un homenaje a su persona a los 50 años de su fallecimiento. Un homenaje a su hacer literario, que no político, se vio truncado por la negativa del Ayuntamiento de Sevilla que temía que se convirtiera en un homenaje “político”, lo que parece una incomprensible censura a estas alturas del siglo XXI.
Es desconocido para el aficionado al género fantástico, y mucho mas para el público en general, que Agustín de Foxá publicó varia sobras de temática fantástica y de ciencia ficción. La editorial “La Biblioteca del Laberinto”, que tan acertadamente dirige Francisco Arellano, ha lanzado al mercado el volumen que ahora comentamos y que contiene todas las obras de Foxá que dedicara al género. Se contienen en sus páginas los relatos “Hans y los insectos”,“Viaje a los efímeros”, “El lobizón” y la obra de teatro “Otoño del 3006”. Se completa el libro con artículos publicados en ABC referidos en genarla a la ciencia ficción. Todo ello está completado con el exhaustivo ensayo sobre la obra fantástica del autor escrito por Mariano Martín Rodríguez, en el que se destaca el interés de Foxá por las películas y la literatura de ciencia ficción.
La obra de teatro “Otoño del 3006” es una fantasía futurista de corte admonitorio. Estrenada el 11 de marzo de 1954 con división de opiniones entre el público asistente, narra las vicisitudes de una persona “hibernad” en 1912 y que es resucitada en el lejano 3006. En este futuro la sociedad se ha trasformado y se rige por el mayor de los pragmatismos. Es una sociedad de corte “soviético” que choca con la moral y principios del “resucitado”. Éste, con una actitud claramente mesiánica, se opondrá con todas sus fuerzas al “régimen” e intentará cambiar las cosas.
Sin duda alguna es “Hans y los insectos” lo mas destacable de la producción del autor en el aspecto fantástico. Un entomólogo sueco, Hans, consigue una técnica para comunicarse con los insectos, centrando su trabajo en las termitas, las hormigas y las abejas. Esta técnica no sólo le permite la comunicación, sino el control de los termiteros y hormigueros. Erigiéndose en un dios omnipotente ve caer y crecer nuevas civilizaciones de insectos y se permite el dotarlos de ciertos conocimientos a su voluntad, lo que a la postre resultará perjudicial para él y para la civilización. En el relato el Conde de Foxá refleja sus gustos por la entomología y por las teorías en boga en su momento que caracterizaban a las hormigas como similares a las células cerebrales. Un hormiguero sería un sólo “cerebro” formado por millones de miembros interconectados. No era una teoría nueva, pero si relativamente desconocida para la época y que anticipaba algunos relatos escritos posteriormente por grandes de la ciencia ficción como el propio Arthur C. Clarke en sus “Cuentos de la Taberna del Ciervo Blanco”. El relato fue publicado en el diario ABC, periódico en el que escribió buena parte de su producción periodística.
Dos relatos mas completan esta incursión dentro del género. El primero de ellos “Viaje a los efímeros” puede ser considerado una fantasía que recrea los viajes imaginarios escritos en otras épocas. Una pareja de náufragos llega a un territorio desconocido en el que su habitantes viven a una velocidad acelerada con respecto a ellos. Ven caer y alzarse civilizaciones y culturas a una velocidad asombrosa. Esa aceleración permite a Foxá criticar sociedades y momentos claves de las mismas -revoluciones, contrarevoluciones, repúblicas, reinos- de manera contundente. El segundo de los cuentos cortos se denomina “El lobizón” y recoge la típica historia de un hombre lobo.
Ocho artículos referidos a la divulgación científica, de manera harto peculiar y ligera sin duda, completan esta recopilación. Incide en algunos temas que parecen de su gusto: los insectos, los ovnis e incluso un pequeño ensayo, “Mecanización de las hadas”, en las que “ataca” el racionalismo que subyace en los relatos de ciencia ficción.
Si quieren saber como se desarrollaba la ciencia ficción es España después de la posguerra, muy alejada del estereotipo de las novelas de “a duro”, este volumen les ayudará a hacerlo.
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