Javier Márquez Sánchez
Editorial ALMUZARA
En un remoto pueblo inglés cercano a Escocia, llamado Longtown, un cartero hace su ronda habitual descubriendo que algo malo ha pasado en él. Todos sus habitantes han muerto de manera horrible. La investigación de los hechos es encargada al inspector de Scotland Yard Andrew Carmichael que descubre una relación entre la proyección de una película y los acontecimientos . El filme no es otro que “La fête du Monsieur Orphée,”, mítico film hollywoodiense de los años veinte que ha permanecido oculto por treinta años y del que se tienen las peores referencias sobre su contenido. En el camino de la investigación se cruzará el actor Peter Cushing que prepara su papel de Dr. Frankenstein en el remake de la historia de la Universal y que produce la Hammer. Cushing también busca esa película por motivos diferentes que no son ni mas ni menos que entender el “miedo” para poder expresarlo en su película.
Varias cosas serían destacables en esta primera novela de Javier Márquez que la separan de otras producciones de índole “policiaco” y misterioso. Para empezar la introducción del misterio, en el primer capítulo, es tan visual que nos sitúa en una de los famosos introitos de la serie británica “Los Vengadores”. El homenaje está ahí y los lectores avezados sólo esperan que aparezcan en escena John Stedd y la Sra. Peel, cosa que hacen encarnados en el inspector Carmichael y el detective Harry Logan, ambos especializados en sucesos de extraños. Continuamos con una lección de historia del cine cuando asistimos a la consolidación de la productora Hammer Films que tanto contribuyó al auge del cine de terror, y fantástico en general, en las décadas de 1960 y 1970. La combinación de personajes reales, todos los que participan en el rodaje de Frankenstein, Lee, Fisher, Carreras o Karloff, contribuye a crear un clima de suspense mas allá de los hechos que el autor nos narra. La ficción se mezcla con la realidad, ficticia también por supuesto, contribuyendo a dotar a la novela de una solidez en las historias que se nos cuentan.
Por otra parte encontramos un escenario general que es puramente cinematográfico. La novela está tan bien afinada en cuanto a tempos que cada capítulo puede ser perfectamente una escena de un film de la Hammer. El homenaje pasa a ser casi un guión perdido de esta productora en el que parece que el lector se asoma al rodaje de una nueva película que a su vez recrea el rodaje de un filme ya existente.
Para los que gustan de encontrar referencias a otras obras esta es su novela perfecta. Como ya he comentado hay homenajes velados a otras obras tanto cinematográficas o literarias, pero también los hay muy directos. La reinterpretación del suceso que conmovió a Hollywood en los años veinte, que protagonizara Roscoe “Fatty” Arbuckle, es uno de los guiños a la historia más sórdida del cine. Pero la fugaz aparición de Adso de Melk contentará a los buscadores de referencias literarias, haciéndoles esbozar una sonrisa. No es menos obvia el homenaje a “Asalto a la comisaría del distrito 13” o quizá en este contexto a la película, también de John Carpenter, “Prince of darkness”.
Añadimos a todo lo anterior la facilidad con la que Márquez desarrolla su texto. Los saltos de escenario no suponen un esfuerzo lector y la lectura fluye en una línea temporal constante. Las explicaciones de sucesos anteriores vienen de la mano de los propios protagonista ya sea por medio de diálogos con los protagonistas, o mediante el recurso de la espistolaridad, que vuelve a retomar la esencia de las historias de la Hammer o del terror gótico del siglo XIX. La prosa sencilla y contundente explica la agilidad de lectura de esta novela que en ningún momento pierde fuelle en la habilidad para mantener al lector atento a lo que está ocurriendo.
Para ser una primera incursión del autor en la novela, anteriormente había publicado varios ensayos muy interesantes – entre otros Paul Simon & Art Garfunkel. Negociaciones y canciones de amor (Milenio, 2004), Rat Pack. Viviendo a su manera (Almuzara, 2006) y Elvis. Corazón solitario (Almuzara, 2007)-, podemos decir que pasa el examen con un notable alto. Indudablemente Javier Márquez es, entre otras cosas, un cinéfilo y aficionado a los géneros, tanto literarios como cinematográficos, y eso se nota mas que de sobra en la construcción de la novela. Ha escrito un texto que gustará a los aficionados curtidos, pero que también gustará a los no “iniciados” pues las referencias “eruditas” no perjudican o paralizan la lectura del manuscrito, sólo lo completan.
© Alfonso Merelo 2009
Javier Márquez Sánchez (Sevilla, 1978), es periodista y escritor, subdirector de la revista Cambio 16, y colaborador habitual de Esquire, La aventura de la Historia, Cuadernos para el Diálogo, Interfilms, Efe Eme o Beta. Apasionado de la literatura de detectives, fantástica y del cine de género.
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