miércoles, octubre 01, 2014

DOCTOR SUEÑO





Stephen King


El “rey” del género de terror, Stephen King, ha publicado en España, apenas un mes después de hacerlo en USA, su última novela titulada Doctor sueño. King ha vuelto a recrear el universo que inventara en el lejano 1977 cuando publicó su tercera novela The shinning, traducida en España primeramente como Insólito esplendor y después, a raíz del estreno de la película de Kubrik, ya El resplandor. El resplandor fue el premier gran éxito del autor. Doctor sueño trata de la historia de Daniel Torrance, el niño que sobrevivió a los horrores del hotel Overlook –y a su padre-, 30 años después de los sucesos de la primera novela.  Daniel es celador en un hospital de mayores y ayuda a los ancianos a “pasar” a la otra vida. Ha conseguido dominar parcialmente sus poderes que le siguen causando graves problemas vitales.

King ha realizado una interesante revisión de su historia original. Ha utilizado su personaje como anclaje para contar una historia diferente. Si en El resplandor el lector se preguntaba qué es lo que ocurría en el hotel, o mejor qué era el mal que habitaba el hotel –¿eran fantasmas, una maldición, un terror imaginado?-, aquí el texto se vuelve más explícito y narra una forma de mal que recorre los USA y que está presente en los grandes desastres de ese país. Este mal, una comunidad de extraños vampiros psíquicos, se nutre de víctimas que poseen ese “resplandor” del que Danny hace gala. Aquí los papeles se trastocan y ahora es el turno de Torrance para guiar, en cierta manera, a una chica que posee sus poderes pero incrementados en muchos grados. La comunidad “vampírica” irá a buscarla para drenar sus poderes y ese “soplo” vital tan intenso.  

El mismo autor cuenta en la introducción que en El resplandor el trasfondo de la trama era el alcoholismo y las relaciones padres e hijos, en Doctor sueño, y a través del Torrance, King retrata su propia experiencia, o al menos eso se trasluce, en alcohólicos anónimos y la salida de la enfermedad. Daniel encontró a manera de mantener su poder acallado mediante el alcohol, pero éste le llevo a situaciones no deseadas y más allá de lo tolerable. Su abandono del alcohol le hace recuperar todas sus habilidades paranormales en todo su esplendor. Lo que parecería una bendición no lo es. Naturalmente la reflexión que subyace es ¿es mejor vivir la realidad sin tapujos o continuar ignorándola por medios artificiales? En esta novela se opta por la primera de las opciones como forma de expiar las culpas. El sufrimiento es mejor que la apatía y la desgana. A través del dolor se consiguen más y mejores causas. Una opción que está presente en todo el texto y que puede ser o no compartida.

Es indudable, e inevitable, que el lector va  a comparar las dos novelas, cosa que el autor ya suponía y que le ha causado una situación de temor. Yo también las he comparado y, sinceramente, las dos tienen sus momentos de “resplandor”. En mis gustos personales puedo contar que una novela me impacta cuando la recuerdo, cuando recuerdo partes de ella y cuando puedo volver a contar su argumento y algunas de sus situaciones. Y esto me pasó con El resplandor y me ha pasado con Doctor sueño. Por tanto, para este cronista la última novela de Stephen King es más que válida para los que antaño leímos asustados las aventuras, mejor dicho desventuras, de Danny Torrance, pero también lo puede ser para el que se acerque por primera vez a este personaje. 

Publicado previamente en Scifiworld

lunes, septiembre 01, 2014

TERRA NOVA VOL II





VV.AA.


He de confesar que soy un gran aficionado a las antologías de relatos. Creo que una buena antología, ya sea de un solo autor o de varios, es una magnífica manera de poder contemplar las habilidades de los autores en las distancias cortas. Según mi opinión, la condensación en ideas y una forma de escribir diferente, más concisa y que va al grano, es la verdadera prueba de fuego para un escritor. Es más fácil escribir 4.370 páginas con una idea general que desarrollar, que hacerlo en 10 o 20 páginas. Esa escasez de espacio agudiza el ingenio y  la pluma, estrechando los márgenes de acción de una manera singular y que el lector, al menos este lector, agradece.
En la ciencia ficción y el terror, mucho menos en la fantasía, el relato corto ha sido siempre una plataforma para los escritores que empezaban. Las revistas siempre han sido un interesante medio para que estos relatos salieran a la luz. Lamentablemente ese formato de revista apenas existe en España. Algunas revistas electrónicas, Alfa Eridani o Axxon, que publica también autores españoles, mantienen un escaso volumen de cuentos cortos que pueden ser apreciados por los lectores.
Las antologías suponen una interesante apuesta por este tipo de literatura, y en este espacio de las letras traigo una recién publicada en la colección Fantascy y titulada Terra Nova Vol. II. El perspicaz lector se dará cuenta que debe de haber una antología anterior del mismo título y, efectivamente, ésta primera fue publicada en 2012 en el sello Sportula con una buena acogida entre los aficionados. Ahora llega este segundo volumen, de la mano de los mismos antólogos de la primera, Luis Pestarini y Mariano Villarreal. 
Son 11 relatos que oscilan entre la novela corta y el relato corto más convencional. Entre ellos hay varios que han sido candidatos a premios nacionales e internacionales como los Ignotus, Hugo o Nébula, lo que a priori da un marchamo de calidad en la antología.  En principio no se le pueden poner pegas a ninguna de las obras seleccionadas. Todas superan con creces el mínimo de calidad que yo puede exigir tanto en formas literarias como en ideas y su desarrollo. Hay relatos de una factura impecable como el que escribe Felicidad Martínez en La textura de las palabras. El ambiente exótico y alienígena que desarrolla hace muchísimo tiempo que no lo percibía en alguna otra historia. Es ciencia ficción en estado puro y de la mejor, aunque no es nueva ya que pudimos leerla en la antología dedicada a Akasa Puspa editada el año anterior. Este relato es uno de los candidatos al Premio Ignotus de 2012 que, cuando lean estas líneas, ya habrá sido concedido.
Otro de los relatos destacados, o al menos por el que yo me he sentido atraído, es  Las manos de su marido de Adam-Troy Castro, un cuento absolutamente surrealista y que hace reflexionar sobre la adaptación de los seres humanos a todas las circunstancias. ¿El conformismo es nuestra razón de ser? Desolador sin duda.    

Todos los demás relatos, sin ser los que más me han impresionado, guardan una excelente relación de calidad sin que se pueda decir de ninguno que no den la talla. Son los siguientes: Separados por las aguas del Río Celeste de Aliette de Bodard, ¿Pueden llorar ojos no humanos? de Germán Amatto, Juicio Final de Carlos Gardini, Araña, la artista de Nnedi Okorafor, La djin de Pedro Andreu, Noches de cristal de Greg Egan, En el filo de Ramón Muñoz, El último Osama, de Lavie Tidhar y El hombre que puso fin a la Historia: documental, de Ken Liu.
La antología es excelente y denota una muy cuidada selección de textos por parte de los antólogos. Lo único que desmerece la misma, y es sólo una impresión visual particular, es la portada que me parece demasiado ¿antigua? Tal vez. Pero ese es un detalle nimio si analizamos la calidad del contenido. Excelente libro para disfrutar y regalar.  

Publicado previamente en ScifiWorld