lunes, febrero 24, 2014

PANTEÓN






PANTEÓN
Carlos Sisí
Minotauro.

El mes pasado me hacía eco del ganador del premio Minotauro de novela 2013 que no fue otro que Carlos Sisi por su novela Panteón. Una vez que la he podido leer, no estaría de más comentarla en estas recomendaciones que hago desde ScifiWorld.

El Premio Minotauro es el que más dinero aporta a un autor en el panorama de las letras españolas y dentro de la temática de género de ciencia-ficción, fantasía o terror. Ser ganador del premio supone embolsarse 10.000 euros por la novela, menos lo que se lleva directamente el Sr. Montoro para hacienda que debe rondar el 45%. Siendo esto un gran beneficio para el autor deberíamos preguntarnos si lo es también para el lector. Si ese premio avala la calidad del texto que se presenta en las librerías. Porque los premios, todos, tiene habitualmente ese puntito de duda. ¿El jurado está dirigido por la editorial que organiza el premio? ¿El ganador es siempre el mejor? Bueno, sólo podemos decir que el ganador es siempre el mejor puesto que no sabemos cual ha sido el contenido de los otros candidatos no triunfadores.

Que he querido decir con esta introducción pues que timeo praemium et dona ferentes, frase muy socorrida para decir que no me fío, en principio, de los premios. Y no me fío porque hay sonoras barbaridades en la concesión de algunos de ellos, o mejor dicho en el contenido de los textos premiados que en ocasiones han sido verdaderos bodrios ilegibles, e incluso infumables pues el papel no servía ni para hacer filtros para cigarritos de la risa. Así que este escribano cuando se acerca a un premio lo hace con recelo, con prevención y con, por qué no decirlo, un prejuicio adquirido. Afortunadamente el caso que nos ocupa, Panteón, a mi juicio, es una de las novelas que pueden considerarse plenamente merecedoras de este premio, naturalmente sin haber leído las otras finalistas.

Sisi ha destacado en el panorama fantástico español con sus novelas de temática zombi, concretamente con su gran éxito titulado Los caminantes. Panteón no tiene nada que ver con la temática zombi y se acerca a la ciencia ficción más clásica. Si quieren tener una clasificación ésta no puede ser otra que la space-opera en esencia, añadiéndole unos toques de ficciterror, palabro que mezcla ciencia ficción y el terror –Alien sería un ejemplo claro del subgénero-. La novela describe el futuro remoto de la humanidad, 10.000 años, donde las cosas parecen no haber cambiado demasiado. La Tierra quedó destruida y los humanos viven en diverso planetas mintiendo sus guerras de siempre y sus conquistas para la obtención de espacio vital y de recursos minerales y energéticos. Varias civilizaciones comparten el escenario estelar, entre las que destaca la muy poderosa La Colonia que posee la más avanzada tecnología de la época y se convierte en árbitro implacable de los conflictos; mantienen el equilibrio en la humanidad. 

La historia se centra en el descubrimiento en un planeta remoto de una especie de tumba, de ahí el panteón del título, construido por una antigua civilización. Una de las características de la novela es, entre otras, el construir un universo carente de extraterrestres, siguiendo la estela de Asimov. A ese panteón van a ir a parar tres personajes muy diferentes: dos chatarreros espaciales, que recogen todo lo que pueden de las batallas ocurridas, y una representante de La Colonia llamada Maralda Tardes. Este encuentro se verá condicionado por la presencia de los mercenarios denominados sarlabs envueltos en una batalla para conquistar algo que está ubicado en ese remoto planeta.


Esa es la historia en líneas generales, ahora es tiempo de revisar las cualidades, y calidades, del texto en cuestión. Como ya he comentado antes, el universo que crea Sisí es similar al asimoviano en cuanto a la ausencia de entidades extraterrestre, aunque esto no es totalmente cierto. Un universo donde los humanos son los únicos que lo controlan y por consiguiente podemos ver como serán nuestros descendientes, a juicio del autor; tan salvajes y primitivos como los actuales. 10.000 años de evolución para desembocar en lo mismo que tenemos ahora: una tecnología muy impresionante pero poca evolución del pensamiento. La influencia de Asimov, u homenaje, se deja sentir también en los dos protagonistas que pueden ser un trasunto de Powell y Dónovan, mientras que Maralda se puede asimilar a Susan Calvin. Esta pareja se comporta como los desgraciados  Clarke & Kubrick, los espacialistas de Alfonso Font, de hecho uno de los dos se apellida Malhereux, que si no recuerdo mal de mi francés de bachillerato se traduce precisamente por desgraciado. Y es que un tipo de personajes así, desastrosos y propensos a que las cosas salgan mal, dan mucho juego en estas historias. Por contraposición a estos desastres tenemos a la técnica de Tardes que es competente y mucho más heroica, aunque La Colonia es la que le proporciona un status de superioridad. Para que el cuadro quede completo, el autor crea un buen personaje malvado como es Jebediah, un extraño cyborg líder de los mercenarios. Si todo esto no fuera suficiente para sostener la historia también encontramos un enorme misterio en el planeta, que no revelaré, pero que ha sido recurrente en la ciencia ficción de siempre.

La habilidad en este caso del autor salva la novela de una manera notable, pues aunque los escenarios y situaciones puedan resultar comunes, o ya vistos, su resolución es más que acertada, componiendo un estupendo libro de aventuras. Yo lo denominaría, sin ánimo peyorativo, como novela de “a duro” muy bien escrita. Y lo es porque la imaginación, ya saben que es la base de la ciencia ficción, se desborda en cada página, pese a las recurrencias. Los aciertos con los personajes, no demasiado profundos ya que no lo necesitan en este contexto, son también una de las fuerzas del texto y, fundamentalmente, es una novela bien escrita con una agilidad que vemos porca veces. Para rematar el cuadro, tenemos que las páginas son también muy cinematográficas, eso sí con un presupuesto que debería ser muy alto para producirla, y que el lector agradece por su facilidad de lectura y comprensión.

Por último me gustaría destacar la subtrama de intrigas políticas por el poder que se desvelan a lo largo de la obra. Desde un primer momento al lector se le informa de que hay gato encerrado en algunas acciones de los personajes, otra vez volvemos a encontrar retazos del mejor Asimov policíaco. Hay un desenlace curioso y sorprendente de esta trama que produce, en parte, el tremendo final que está en la línea de las mejores space-operas.

Recomendable sin dudarlo para todos lo públicos, a los que nos gusta la ciencia ficción claro

lunes, febrero 10, 2014

La libertad interminable





La libertad interminable

Joe Haldeman.

Edhasa.

Con un gran retraso, de nada menos que 14 años, se publica en España, de la mano de Edhasa, la continuación directa de la ya mítica y clásica La Guerra Interminable escrita por Joe Haldeman en 1974. En esa apasionante novela, Haldeman traspolaba su experiencia de soldado en Vietnam a una guerra en el espacio entre la humanidad y una civilización denominada Taurina. La incapacidad de comunicarse entre las dos razas ocasionó la guerra y sólo cuando fue desarrollada una conciencia única entre humanos clónicos  pudieron llegar a comprenderse y a terminar con la guerra.

En esta novela Haldeman nos sitúa veinte años después del final de la primera. Los protagonistas, Wilson Mandella y Marygay Potter, viven con sus hijos en Dedo Medio, un planeta bastante desagradable con un invierno terrible. El Hombre y El Taurino creen que deben preservar la variedad genética de los humanos y mantener a los últimos humanos en condiciones de procrear. La disconformidad con la vida en el planeta y los enfrentamientos directos con Hombre hace concebir a los humanos, veteranos de la guerra, un plan para robar una nave espacial y volar en un viaje relativista para volver miles de años después y ver como ha evolucionado todo. Pero el viaje se complica y… no puedo adentrarme más en la trama para no desvelar nada más y privarles de las sorpresas que el autor nos ha preparado.

Es indudable que la comparación con la primera parte es lo primero que el lector va a hacer. Y, seguramente, saldrá perdiendo esta nueva novela en detrimento de la primera. Pero sería del todo injusto compararlas punto por punto ya que ambas comparten sólo los protagonistas y un escenario similar. En todo lo demás son completamente diferentes. Centrándonos en La libertad interminable hay que comentar que se trata de un space opera más comedido que su predecesora en la que nos encontramos como tema fundamental la imposibilidad de comunicación entre diversas inteligencias. Si la guerra interminable se produjo precisamente por la incomprensión entre dos razas, en este caso se vuelve a repetir la premisa porque los humanos supervivientes y el Hombre, además de los Taurinos, no comparten una misma comprensión. Sus objetivos son completamente diferentes y eso provoca choques entre las dos sociedades. Mandella y Marygay se encuentran estancados  sin esperanzas en este estado extraño. La decisión de abandonarlo y lanzarse a la aventura es consecuente con el desarrollo de las personalidades de los protagonistas que ya observamos en la anterior entrega.


La aventura, y es una pena, se complica en el último tercio de la misma sin que lo ofrecido sea coherente con el original entorno de amabas novelas. El final es un tour de force que, a mi juicio, parece incoherente con el universo creado. Es una solución de deus ex machina que resulta graciosa, eso sí, pero que a mi me ha defraudado. Pese a  este final abrupto, la novela es interesante de leer, aunque es recomendable haber leído antes la novela de la que es continuación. 

Rafael Marín, traductor de este libro, ha respetado la nomenclatura de la anterior traducción incluyendo la de taurinos, que a mi siempre me ha resultado bastante rara por la identificación de la palabra con los aficionados a los toros. En el  original la raza extraterrestre se taurons. ¿No habría sido más correcto traducirlos por taurones o tauranos?  En fin, cosas curiosas del mundo editorial.